Este 20 de mayo, los termómetros en Ciudad Valles marcaron 43 grados centígrados, aunque lo más alarmante fue la sensación térmica, que alcanzó los 50°C. Mientras en otros puntos del país las alertas se encienden y se activan protocolos, en esta ciudad de la Huasteca Potosina la gente sale a trabajar como cualquier otro día, sin sombra que los proteja.
A pesar de vivir jornadas abrasadoras, Ciudad Valles no aparece en los registros oficiales como una de las ciudades más calurosas del país. Sin embargo, su clima tropical y la intensa humedad provocan que las temperaturas se sientan aún más severas, afectando a miles de trabajadores, desde vendedores ambulantes hasta repartidores y albañiles, que enfrentan el sol sin más defensa que una gorra y una botella de agua.
“Aquí no hay pausa. Si no sales a ganarte el pan, no comes. El calor pasa a segundo plano cuando hay necesidad”, dice Javier, un trabajador del centro.
El contraste es evidente: mientras en estados del norte se emiten alertas y comunicados, en Ciudad Valles la costumbre parece haber normalizado el calor extremo, aunque ya hay reportes de deshidrataciones, golpes de calor e incluso muertes en semanas anteriores.
Sufren cortes de energía eléctrica
El calor no es el único enemigo. Cada noche, en múltiples colonias de Ciudad Valles, se va la luz, especialmente después de las 22 horas, y en muchos casos no regresa hasta el amanecer.
La infraestructura eléctrica obsoleta, con transformadores que se queman constantemente, deja a cientos de familias a oscuras, sin ventiladores, sin aire acondicionado y con niños, adultos mayores y personas enfermas luchando contra el calor sin ningún tipo de alivio.
La Comisión Federal de Electricidad mantiene una de las tarifas más altas del país en esta zona. Pese a las quejas y reportes ciudadanos, las fallas siguen ocurriendo y el servicio no mejora, mientras los recibos llegan con montos que muchas veces duplican el consumo real, según testimonios.
En junio de 2023, Ciudad Valles ya había alcanzado un récord de 50°C, pero ni eso bastó para incluirla de forma permanente en los mapas oficiales del calor extremo. Hoy, nuevamente, se levanta la voz desde esta región olvidada por los sistemas de alerta climática y, ahora también, por las instituciones que deberían garantizar un servicio básico como la electricidad.
Los habitantes piden reconocimiento, no como una medalla, sino como una herramienta de protección: acceso a hidratación pública, protocolos laborales, campañas de prevención, mejora del suministro eléctrico y visibilidad nacional ante un abandono que duele más que el sol. Porque Ciudad Valles arde, resiste y sobrevive… pero lo hace en silencio.
Cortesía de El Heraldo de México.
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