CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Una pareja entra a un centro cambiario dentro del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Todo parece indicar que realizarán una operación sencilla. Entregan su identificación, entregan efectivo y concretan una compra de aproximadamente mil 500 dólares. A pocos metros, una tercera persona los observa sin intervenir. Días después, el establecimiento recibe una visita formal de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), acompañada de un corredor público. La autoridad cuestiona por qué la transacción no fue registrada de inmediato en el sistema y anuncia el inicio de un procedimiento para cancelar el registro, lo que obligaría al centro a desocupar su local.
Denuncias recabadas por Proceso, confirman que este tipo de revisiones no son casos aislados. Una fuente con conocimiento directo del funcionamiento interno de la CNBV aseguró, bajo condición de anonimato, que durante abril y mayo de este año se han documentado al menos una decena de operativos similares en el AICM.
Los patrones se repiten, ingresan personas que se presentan como clientes comunes, muchas veces en pareja, realizan una operación menor —por debajo de los 2 mil dólares— y una tercera persona permanece en las inmediaciones. Días después, llega una inspección formal.
“Nos dimos cuenta de que esa pareja no vino sola. Había una tercera persona cerca, observando todo. Al día siguiente llegó la Comisión con un corredor público, preguntando por esa operación en específico. Como el sistema tarda en reflejar los movimientos, dijeron que no estaba registrada y lo tomaron como una falta grave”, narró la fuente.
El desfase en los sistemas de registro, explican, es común. No se trata de una omisión deliberada ni de una infracción grave prevista por la normativa.
“Necesitamos más tiempo para que se refleje la operación. No es causal para cancelar el registro”, puntualizó.
De acuerdo con el marco legal vigente, los Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero están regulados por la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito, en sus artículos 81-A, 81-A Bis, 81-B y 95-Bis, así como por las disposiciones en materia de prevención de lavado de dinero. La CNBV es la autoridad encargada de supervisar el cumplimiento de estas normas y cuenta con facultades para realizar visitas de inspección.
Sin embargo, acusan que, en estos casos recientes se han utilizado operativos encubiertos, en los que los clientes no se identifican como personal de la CNBV y, tras concretar operaciones pequeñas, se presenta una supuesta irregularidad como pretexto para iniciar procedimientos sancionadores.
El caso JoKama
Uno de los casos confirmados es el del centro cambiario JoKama exchange, que fue sujeto a este tipo de operación y que cuenta la fuente consultada, actualmente enfrenta un proceso para perder su registro. Esta casa de cambio, fue víctima de un robo en el año 2020.
La consecuencia inmediata sería desocupar su espacio en el AICM. De acuerdo con la fuente, detrás de este procedimiento existen intereses de terceros que buscan ocupar locales dentro del aeropuerto.
“Hay operadores en lista de espera para entrar al AICM. Como no pueden desbancar legalmente a quienes ya están instalados, presuntamente están buscando aprovechar relaciones internas dentro de la CNBV para provocar cancelaciones. Así es como creen que podrán ocupar esos espacios”, señaló.
Corrupción existente
La fuente consultada no atribuye los hechos a un grupo delictivo externo, sino a una posible red de corrupción dentro de la CNBV. Se ha mencionado entre operadores del sector la entrega de sobornos para acelerar trámites, evitar sanciones o desplazar competidores.
“Se volvió una moneda de dos caras. Si estás en falta, puedes pagar para evitar la sanción. Si estás limpio, puedes perderlo todo si alguien más con dinero y contactos decide ocupar tu lugar. Lo más grave es que ahora todos lo saben, pero nadie lo denuncia porque mañana podrían necesitar ese mismo ‘canal’ para salvarse”, explicó.
Las acciones estarían relacionadas con funcionarios clave dentro de la CNBV. En particular, se identifica al vicepresidente de Supervisión de Procesos Preventivos, Juan Ayax Fuentes Mendoza, como responsable del área que supervisa a los centros cambiarios.
Su equipo, de acuerdo con testimonios, es quien coordina los procedimientos de revisión y elabora los oficios que activan las cancelaciones.
Riesgos para un sector estratégico
El volumen de operaciones en centros cambiarios ubicados en aeropuertos es considerable. Una sola ventanilla puede mover entre 600 mil y un millón de dólares diarios, con márgenes de ganancia por el diferencial cambiario de hasta un peso por dólar. Esta rentabilidad convierte al sector en una actividad estratégica, pero también vulnerable ante decisiones discrecionales.
“Si alguien con influencia quiere el espacio que tú tienes, basta con que genere una revisión dirigida. Aunque después logres revertir la cancelación en tribunales, ya perdiste el local. La ley permite defenderse, pero el daño ya está hecho cuando te obligan a desocupar”, subrayó la fuente.
Operadores consultados por Proceso afirman que han invertido recursos para cumplir con los requisitos regulatorios, y consideran que estas prácticas alteran las condiciones de competencia e introducen incertidumbre en el sector. El temor a represalias ha limitado las denuncias públicas.
Cortesía de Proceso.
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