CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El Gobierno de la Ciudad de México anunció la construcción de la ciclovía en Tlalpan y un segundo piso sobre la Línea 2 del Metro como parte de las acciones anunciadas por su titular, Clara Brugada, de cara al Mundial de Futbol del próximo año.
Sin embargo, ambos proyectos son señalados de presunto plagio por parte de Antonio Cabrera, creador del proyecto MOVI, quien afirma que las autoridades capitalinas replicaron su propuesta de ciclovías elevadas sin otorgarle crédito ni incluirlo en el proceso de planeación.
El proyecto MOVI, ideado por Cabrera hace una década, plantea una red de ciclovías elevadas como respuesta estructural a los problemas de movilidad y seguridad vial en la capital. Está registrado legalmente ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor (Indautor) y fue presentado ante la administración de Claudia Sheinbaum cuando aún era jefa de Gobierno.
Aunque en su momento Sheinbaum mostró interés, no hubo seguimiento institucional ni diálogo técnico posterior. Ahora, con Clara Brugada como jefa de Gobierno, Cabrera denuncia que su propuesta fue retomada por el mismo grupo político, bajo nombres distintos, la “Calzada Verde Flotante Peatonal” y la ciclovía “Gran Tenochtitlan”.
Cabrera, quien tiene formación como ingeniero, comparte que el proyecto de ciclovías elevadas nació de una experiencia personal que le hizo ver la urgencia de ofrecer alternativas de movilidad seguras para los ciclistas.
Cabrera tiene 20 años de experiencia promoviendo alternativas de movilidad urbana, a lo largo de los años le presentó sus proyectos a presidentes como Vicente Fox, Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.
Le presentó el proyecto a Sheinbaum
En entrevista con Proceso, detalla esa reunión en la que le pudo acercar su propuesta a Sheinbaum, en 2018: “Están esas imágenes de esa cita pública, me acompañó José Antonio Álvarez Ordóñez, el arquitecto que construyó Circuito Interior, el Polyforum Siqueiros (…); la vimos muy animada, le gustó mucho. Una de las cuestiones que le hicimos ver a la jefa de Gobierno entonces, ahora presidenta, eran las circunstancias del crecimiento demográfico que tenía la Ciudad de México. En aquella época se realizaban más de 38 millones de viajes de personas y automóviles entre la capital y el estado”.
Aunque obtuvo una respuesta positiva, no volvió a tener contacto con el Gobierno central: “Busqué después a Andrés Lajous (entonces secretario de Movilidad de la CDMX y actual director de la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario) para explicarle el problema y no hubo repetición. Pero posteriormente empiezan ellos a utilizar nuestro propio concepto y le cambian a calzada elevada”.
Su sorpresa llegó en marzo de este año, cuando el Gobierno de la Ciudad de México lanzó una licitación pública sobre la construcción de una calzada flotante sobre Tlalpan. Cabrera cuenta que no sólo se percató de un posible intento de plagio, sino que también identificó que su proyecto había sido modificado: “Cambia el concepto de ciclovía elevada y le pone calzada flotante para peatones y ciclistas”.
Mal plagio
En su propuesta original, el promotor de las ciclovías elevadas plantea que se contemplen puntos nodales, con el objetivo de que los ciclistas accedan a servicios de reparación, hidratación, alimentos y esparcimiento, mientras al mismo tiempo acceden a una alternativa de movilidad segura, de manera independiente al paso de los automóviles.
Por su parte, Brugada puso sobre la mesa el proyecto de la calzada flotante como uno de los más importantes en el inicio de su administración, aunque ha cambiado las características de propuesta. Primero dijo que se trataría de un segundo piso para paso peatonal y de bicicletas, sobre la Línea 2 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.
Después, el pasado 1 de abril, señaló de manera superficial que el paso de bicicletas, es decir, la ciclovía, iría sobre Tlalpan junto con el paso de los vehículos, pues el segundo piso se destinará a peatones.
Poco más de un mes después, el 7 de marzo, Brugada anunció que, en el marco de la Copa Mundial de Futbol 2026, iniciará la construcción de la primera etapa del proyecto que por fin bautizó como la Calzada Verde Flotante peatonal, con 1.5 kilómetros. Además, comenzará la habilitación de la ciclovía “Gran Tenochtitlán”, que se extenderá por 34 kilómetros sobre Tlalpan, desde Periférico hasta el Zócalo de la Ciudad de México.
Antonio Cabrera opina que la proyección que hace el Gobierno capitalino de su idea es improvisada. Primero, porque Tlalpan no es una vialidad que ofrezca condiciones de seguridad para que los ciclistas circulen junto a los automóviles, como ocurre sobre la avenida Insurgentes, donde se registran con frecuencia accidentes que involucran ciclistas. Otro argumento es que una calzada peatonal no abonará a resolver los problemas de movilidad de la población capitalina.
El proyecto original de Cabrera no sólo contempla un segundo piso para bicicletas sobre Tlalpan, sino también una columna vertebral sobre la avenida Insurgentes, de ahí conectar Periférico, Viaducto, Tlalpan, Revolución, Circuito Interior y ejes centrales.
A pesar de que Cabrera viralizó sus señalamientos de plagio con un video en redes sociales, el Gobierno de la Ciudad de México continúa con los planes de construcción, sin ofrecer explicaciones públicas acerca del origen de los conceptos que impulsan los proyectos de infraestructura sobre Tlalpan.
Al ser cuestionado sobre la posibilidad de presentar una denuncia formal, responde: “Sí estamos pensando en presentarla, ahorita estamos manejando la amigable composición, para los efectos de ver la reacción del Gobierno”.
Cortesía de Proceso.
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