Compras de pánico en centros comerciales, gasolineras y abarroteras se registran durante la noche del 17 de junio en el puerto de Acapulco, ante el intenso crecimiento que ha tenido en las últimas horas la tormenta tropical Erick, que tocaría tierra como huracán en la región vecina de la Costa Chica de Guerrero.
Las autoridades han emitido avisos para la población con horas de anticipación, para ponerse a salvo. Habitantes de este destino turístico, que se mantiene en fase amarilla de prevención, han optado por abastecerse de víveres.
“Compré tantos víveres para tener reserva suficiente y no andar batallando en caso de qué se presente una situación complicada, como ha sido con John y con Otis”, contó a El Heraldo de México, Juan Bello, habitante del puerto.
En su carrito de compra de una tienda departamental de la Zona Dorada se observan cuatro paquetes de agua embotellada, atún, papel de baño, cerillos, frijoles, aceite, arroz y alimento para mascotas.
“No creo que esto sea una compra de pánico, ya pasamos un Otis, estuvimos días sin nada. De verdad que ya tenemos experiencia”, señaló el hombre de 54 años de edad.
Además, en gasolineras se observan largas filas de automovilistas que buscan abastecerse de combustible. En algunos sitios de la Zona Tradicional, la venta de hidrocarburo se restringió a diez litros por vehículo.
Debido a las lluvias intensas que se prevén durante tres días, se cancelaron las clases en todos los niveles educativos y las familias siguen llegando a las tiendas. De acuerdo con las autoridades de Protección Civil, el puerto también resentirá los efectos de Erick.
Cortesía de El Heraldo de México.
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