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Desde África hasta América, la gente no recuerda al papa Francisco solo por su condición como líder eclesiástico, sino por una característica que traspasa todas las fronteras posibles y que se repite en decenas de comunicados en su memoria: su compasión. El mundo se une para honrar la figura del pontífice, fallecido el lunes 21 de abril a los 88 años.
Tras la muerte del papa Francisco el 21 de abril, la comunidad mundial dejó de lado sus diferencias políticas, sociales y hasta religiosas para darle el último adiós al argentino que llegó del “fin del mundo” para interpelar al planeta con compasión.
Aunque desde hace semanas el estado físico del papa era delicado, el anuncio desde el Vaticano de la muerte de Francisco por un ‘ictus cerebral’ a sus 88 años conmocionó a todos los pueblos del mundo. Pero esta vez, una noticia de carácter mundial no ha generado reacciones de naturaleza múltiple alrededor del globo.
En una rara muestra de solidaridad unánime, la comunidad internacional expresó sus respetos y gratitud por la vida de Francisco.
Desde todos los ángulos del espectro político y religioso, los Gobiernos del mundo han emitido diversos comunicados unidos por palabras de reconocimiento a la labor papal del líder argentino, marcada por un profundo compromiso con la lucha ambiental, la dignidad de las personas migrantes y la protección de los menos favorecidos.
El presidente argentino, Javier Milei, fue uno de los mandatarios que más roces sostuvo con la labor de Francisco, siendo un ferviente crítico de su mensaje y llegando a calificarlo como “el representante del maligno”. Empero, el libertario reconoció la “bondad” de Francisco en su mensaje de despedida.
“A pesar de diferencias, que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí”, escribió Milei en sus redes sociales, momentos después de que su Gobierno emitiera un comunicado oficial recordando la vida del primer papa latinoamericano en la historia de la Iglesia católica.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, envió un breve mensaje en honor a Francisco, a pesar de que también fue un gran crítico de sus ideales en el pasado. “¡Descanse en paz, Papa Francisco! ¡Que Dios lo bendiga a él y a todos los que lo quisieron!”, mencionó el mandatario a través de sus redes sociales. Luego confirmó que él y su esposa, Melania, asistirán a los funerales.
En el mismo sentido, figuras como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, o el presidente ruso, Vladimir Putin, expresaron al unísono su respeto por el fallecido pontífice, reconociendo en Francisco a un líder con una convicción profunda en favor de la humanidad.
El bloque europeo también tuvo palabras de agradecimiento para el papa. Los Gobiernos de Francia, Reino Unido, Alemania y España se han unido en condolencias para el mundo católico, mientras que el comunicado de la Unión Europea resalta la “compasión” que Francisco imprimió en su actuar.
“Se preocupó por los grandes desafíos mundiales de nuestro tiempo, desde la migración al cambio climático, las desigualdades o la paz, pero también por las luchas diarias de la gente corriente (…) Era profundamente compasivo”, aseveró António Costa, presidente del Consejo Europeo.
Separados por sus convicciones políticas, pero unidos quizá por la fe de sus pueblos, los líderes de Occidente despidieron al papa Francisco de una manera amistosa, dejando atrás viejas riñas o banderas ideológicas que en algún momento los distanciaron de la figura papal.
Irán, Hamás o la iglesia ortodoxa: Francisco va más allá del catolicismo
Fuera del mundo católico, Francisco también es recordado y honrado por su valía humana, más que por su posición religiosa.
Dentro de la comunidad musulmana, la muerte del pontífice argentino fue lamentada por los Gobiernos de Irán, Arabia Saudita, Egipto, Líbano e Irak, quienes tendieron su respeto ante el dolor de los creyentes católicos, resaltando su trabajo por la paz y la tolerancia entre distintas religiones. En Jordania, las banderas se izaron a media asta en honor a Francisco.
Otro de los que recordaron con respeto a Francisco fue la dirigencia del grupo palestino islamista Hamás. A través de un comunicado, la milicia palestina aseguró que el papa fue un “firme defensor de los derechos legítimos del pueblo palestino”, recordando sus numerosos pronunciamientos en contra de la ofensiva israelí dentro de la Franja de Gaza.
Y es que, hasta su último discurso público, Francisco abogó por un cese al fuego dentro del enclave palestino, reforzando declaraciones anteriores en donde llegó a condenar el actuar del Ejército israelí en contra de la población civil en Gaza.
“El mundo está de luto por el fallecimiento de una destacada figura religiosa mundial, que dedicó su papado a fomentar el diálogo interreligioso y a promover la paz en todo el planeta”, apuntó Basem Naim, miembro del buró político de Hamás.
De su lado, Bartolomé I, arzobispo de Constantinopla y patriarca ecuménico de la Iglesia ortodoxa, lamentó la muerte del papa Francisco y lo describió como un amigo leal.
“Siempre lo recordaremos”, señaló el líder de la Iglesia ortodoxa en un mensaje en el que agradeció lo que llamó la postura firme del papa a favor del diálogo y la unidad de las Iglesias.
“Que tu memoria sea eterna, hermano papa Francisco”, señaló Bartolomé I en un mensaje.
¿El líder de la Iglesia católica honrado en países de mayoría musulmana?
La respuesta, para los expertos, podría estar en el compromiso que Francisco mostró por el diálogo interreligioso, la tolerancia y su preocupación por las comunidades afectadas por la guerra en el mundo, incluyendo al pueblo gazatí.
“En un mundo donde hay cada vez más voces que parecen sostener la preferencia de volver a una época de “cruzadas medievales” o a una partición entre “Occidente vs Oriente”, el lema de ‘Hermanos Todos’ nos convoca y marca que la solución no es la construcción de más muros, sino de más puentes”, escribió Marwan Gill, presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina, para el diario Perfil, en una columna en memoria de Francisco.
En su tercera encíclica, titulada “Hermanos Todos”, Francisco puso a la fraternidad universal como uno de los pilares para el entendimiento humano en un contexto de crisis política, económica y ambiental.
El papa logró reunirse con figuras importantes para la religión musulmana, cómo el líder de la rama chiíta en Irak, Ali al Sistani, entablando una conversación amistosa donde la preocupación por el otro fue mayor a cualquier diferencia.
Una figura en África
Dentro de África también abrazan el recuerdo del argentino. Madagascar, Nigeria, Costa de Marfil, Yibuti, Tanzania y Burundi fueron algunas naciones cuyos Gobiernos mostraron su pena por la muerte de Francisco, enviando mensajes de admiración y respeto a su defensa por la justicia dentro de la región.
En un continente profundamente diverso en materia étnica y religiosa, Francisco consiguió ganarse el aprecio de millones de personas, poniéndose al servicio de los más vulnerables, en nombre del Dios católico, pero también de la humanidad.
“No solo le tomaron cariño con la visita de hace dos años. Saben que en el corazón del Pontífice está Sudán del Sur y todas las periferias del mundo”, señaló Christian Carlassare, obispo de la diócesis en Sudán del Sur, quien organizó una caminata de 400 kilómetros con jóvenes locales, católicos y musulmanes, para recibir al pontífice en su visita a principios de 2023.
“Era un hombre que tendía la mano a todo el mundo, no solo a los católicos. Era un hombre que tenía un corazón para los débiles y los pobres”, apuntó Rosemary Mushayu, feligresa keniana, en reacción a la muerte de Francisco.
La lucha por la otredad que inmortalizó a Francisco
Es evidente que su posición oficial como líder espiritual de la Iglesia católica le atribuyó a Francisco, casi que de manera automática, el respeto de una gran parte del mundo; pero la bondad del pontífice, que traspasó barreras religiosas y políticas, nunca radico en su puesto papal.
Jorge Mario Bergoglio, también el primer jesuita en asumir el liderazgo de la iglesia, ya daba cuenta de su tendencia, no solo ideológica, sino existencial, con la elección de su nombre papal: Francisco, por San Francisco de Asís, la santidad de los pobres.
En América Latina, su hogar, lo saben. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, resaltó la “forma incansable de llevar amor a donde existía odio” en Bergoglio, lamentando a su vez que el mundo haya perdido “una voz de respeto y acogida al prójimo”. Lula decretó también un día de luto, como en Argentina.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum mostró su admiración por un hombre que “estuvo cerca del más humilde, de los pobres”, mientras que su homólogo colombiano, Gustavo Petro, lamentó la partida de “un gran amigo”.
“Se me fue un gran amigo. Me siento algo solo (…) Sus encíclicas pasarán a la historia si somos capaces de construir una humanidad que defienda su mayor bien: la vida.”, remarcó el mandatario en una publicación en su perfil de X.
No es casualidad que Petro haya resaltado las encíclicas del argentino. En su segundo libro, “Laudato si”, Bergoglio reconoció al cambio climático como uno de los más grandes desafíos para la humanidad, haciendo un llamado claro a que las potencias mundiales desarrolladas redistribuyeran su riqueza para asistir a los pueblos menos industrializados, que son los más afectados por las consecuencias de la crisis climática.
La lucha de Bergoglio en favor de los pobres inició en los barrios de Argentina, en donde a veces fue portero de discoteca o barrendero, pero terminó en el Vaticano, desde donde el pontífice intentó internacionalizar su compromiso con la figura del otro. Para algunos analistas, allí radica la afinidad global por la figura del papa.
“Mi hipótesis es que cuando Jorge Mario Bergoglio era cardenal en Buenos Aires tuvo un contacto muy cercano con los pobres, eso está demostrado en muchas de sus biografías, pero cuando se convierte en papa se da cuenta que necesita de respuestas globales y articuladas para combatir las condiciones de pobreza”, expresó Allan da Silva Coelho, doctor en Ciencias de la Religión por la Universidad Metodista de São Paulo, para la revista ‘Jacobin’.
La bandera que Bergoglio defendió hasta sus últimos momentos no comprende de nacionalidad, origen étnico, religión o idioma. La compasión y la búsqueda de mejores condiciones materiales para los menos desfavorecidos es un mensaje que, como demuestra el recuerdo mundial por el papa, interpela a la humanidad.
En su primera audiencia pública, el papa argentino y jesuita dejó claro que su labor iba más allá de ser la brújula moral para los feligreses católicos en el mundo:
“Salir de nosotros mismos para ir a la periferia al encuentro de los más alejados, los olvidados y quienes necesitan comprensión, consuelo y ayuda”.
Una actitud que, tras su partida, le recompensa con el honor del planeta entero.