Salvador Rangel Mendoza

Obispo emérito Salvador Rangel es hallado vivo y está hospitalizado; apuntan a secuestro exprés

El fiscal de Morelos, Uriel Carmona, detalló que el obispo emérito “parece que está bien” de salud, y mostró una fotografía del prelado aparentemente internado en el hospital referido.

lunes, 29 de abril de 2024 · 19:38

CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Un par de horas después de que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) denunciara la desaparición del obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, informó que ya fue localizado y que está en el Hospital General Dr. José G. Parres de Cuernavaca, Morelos.

En declaraciones a la prensa, el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, detalló que el obispo emérito “parece que está bien” de salud, y mostró una fotografía del prelado aparentemente internado en el hospital referido.

Obispo internado. Imagen: Especial

Dijo que, preliminarmente, hay indicios de que Rangel Mendoza pudo ser víctima de un secuestro exprés, aunque están a la espera de que pueda declarar.

La CEM, por su parte, no aclara qué pasó con él, pero ofreció que en cuanto conozcan más detalles sobre su estado de salud y localización, la difundirán.

Lo se supo es que estuvo en Jiutepec, Morelos, y que salió de ahí rumbo a Guerrero, donde radica desde 2015, y después desapareció.

El gobierno de Guerrero había difundido mediante un breve comunicado que sabían de la denuncia por desaparición del obispo emérito, que ocurrió en Jiutepec. También que emplearon una operación policiaca a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal en la zona que colinda con Morelos para la localización del obispo.

Hubo mucha especulación sobre la desaparición del obispo, hasta que la CEM, sin ofrecer muchos detalles, difundió que ya existía una carpeta de investigación ante la “Fiscalía General del Estado de Morelos, específicamente en la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas y Cometida por Particulares”.

También advertía que su estado de salud era delicado, y a partir de eso enviaba un mensaje para quienes lo tienen en cautiverio.

“…Hacemos un respetuoso pero firme llamado a quienes mantienen en cautiverio a Monseñor Rangel Mendoza para que, en un acto de humanidad y considerando su delicado estado de salud, le permitan tomar de manera adecuada y oportuna los medicamentos que requiere para su bienestar”.

 

Promotor de paz

 

Salvador Rangel Mendoza es conocido por ser promotor de que líderes criminales en Guerrero se reúnan para la pacificación del territorio.

En 2015, Salvador Rangel fue nombrado por el Papa Francisco como el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, en sustitución del Monseñor Alejo Zavala Castro. Llegó a Guerrero en agosto.

Pronto se hizo notar por su peculiar propuesta para pacificar Guerrero, que llevaba años–y sigue acumulándolos–con índices alarmantes de inseguridad, que consiste en que los líderes criminales hablen y pacten acuerdos sobre las fronteras de unos y otros sobre sus acciones criminales.

Poco tiempo después logró esas reuniones con los criminales, y lo admitió de manera pública, lo que más tarde lo convirtió en un referente nacional por esos diálogos.

Esa constante interacción con grupos criminales le han provocado también serios cuestionamientos por la posición que ha tomado en ciertos momentos.

Por ejemplo, la ocasión en que exculpó ante la prensa al grupo criminal de Los Ardillos del asesinato de 10 hombres nahuas de Alcozacán, Chilapa, que eran trabajadores de un grupo musical, a quienes masacraron el 17 de enero de 2020 en un camino rural de la Montaña baja de Guerrero, cuando trasladaban parte del equipo musical.

En esa ocasión dijo, de acuerdo a lo que está documentado en la prensa, que él se había reunido con Los Ardillos y éstos le negaron la autoría de la masacre.

La Montaña baja del estado es la zona considerada feudo de ese grupo criminal liderado por los hermanos Ortega Jiménez.

A la par, sostuvo varias diferencias públicas con servidores públicos porque también señalaba la falta o poca contundencia de las acciones institucionales. Tuvo confrontaciones con el exgobernador priista Héctor Astudillo Flores, así como con la actual gobernadora morenista Evelyn Salgado Pineda, a quien le cuestionó su falta de experiencia política.

De las últimas declaraciones públicas y mediáticas que hizo Rangel Mendoza fueron en febrero pasado, después de los acuerdos entre los líderes de dos grupos del crimen organizado: Onésimo Marquina Chapa, de Los Tlacos, y Celso Ortega Jiménez, de Los Ardillos, para una supuesta tregua que pararía los ataques y asesinatos contra conductores del servicio público en Chilpancingo.

La concertación de esa tregua, que sería mediante una llamada telefónica entre los líderes criminales, se la adjudicaron los representantes de la iglesia católica en Guerrero.

Hace dos años, Rangel Mendoza se convirtió en obispo emérito en Guerrero, luego anunciar su retiro y ser relevado por José de Jesús González Hernández como el nuevo obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa.

 

Firme llamado de la Iglesia católica

 

Previo a ser localizado, la Conferencia del Episcopado de México (CEM) pidió “enérgicamente” a los gobiernos federal, estatales y municipales “su pronta y decidida intervención” para hallar al obispo emérito Salvador Rangel.

La cúpula de la iglesia católica mexicana hizo también “un respetuoso pero firme llamado a quienes lo tienen en cautiverio para que “en un acto de humanidad y considerando su delicado estado de salud”, le permitan tomar sus medicamentos de forma adecuada y oportuna.

“Reiteramos nuestra solicitud para su pronta liberación y regreso seguro a casa”, expresó el Episcopado, que en diversas ocasiones ha rechazo la política de seguridad del gobierno federal.

Apenas la semana pasada criticó la promoción de “la santa muerte” en una camiseta para apoyar al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Además, ha promovido entre los candidatos presidenciales el “compromiso por la paz”, para la reconstrucción del tejido social en México ante la imparable violencia.

En un comunicado, la Conferencia episcopal pido al gobierno federal, a los gobiernos de Guerrero y Morelos, y a las autoridades municipales correspondientes que actúen “de manera coordinada y eficaz” para “traer de regreso a casa, sano y salvo” al obispo emérito.

 

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