Luego de que el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus Navarro, propusiera que el presupuesto universitario se utilice para hacer más seguros los entornos de los planteles de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la rectora general, Karla Planter Pérez, reiteró que seguirá defendiendo y exigiendo respeto a la autonomía universitaria.
“Quiero ser muy clara y muy enfática, la única instancia que decide y define el destino de los recursos de la Universidad de Guadalajara es el Consejo General Universitario, nadie más”, declaró.
Lemus Navarro detalló que 200 millones de pesos estarían enfocados a que el Programa Sendero Seguro incluya la instalación de cámaras de seguridad, luminarias, señalética, entre otros.
Rectora exigió respetar autonomía universitaria
Sin embargo, Planter Pérez exigió en su carácter de rectora general de UdeG y en nombre de toda la comunidad, que se respete a la autonomía universitaria.
“Esta comunidad (me refiero a los más de 360 mil universitarios que la integran) siempre ha defendido su autonomía y tengan todos por seguro que, sin duda alguna, lo seguirá haciendo cuantas veces sea necesario”, subrayó durante la toma de protesta del rector del Centro Universitario de Los Altos, Antonio Ponce Rojo.
¿Qué es la autonomía universitaria?
La autonomía universitaria es el principio que garantiza a las instituciones de educación superior la libertad para gobernarse a sí mismas sin interferencias externas, especialmente del Estado. Esta autonomía abarca aspectos esenciales como la organización interna, la gestión administrativa y financiera, el contenido de sus planes y programas de estudio, así como la libertad de cátedra, investigación y expresión académica.
El concepto de autonomía universitaria surge como una defensa frente a la injerencia política o ideológica que pudiera condicionar la enseñanza, la investigación o el pensamiento crítico dentro de las universidades. En México, este principio fue formalmente reconocido en la Constitución Política en 1980 (Artículo 3º), y ha sido fundamental para el desarrollo del conocimiento libre y plural.
Una universidad autónoma puede elegir a sus autoridades (rectores, directores), definir su estructura académica y administrativa, administrar sus propios recursos, y establecer sus propias políticas educativas, siempre dentro del marco legal. Esta independencia le permite responder con mayor flexibilidad a los desafíos sociales, científicos y culturales del país.
Sin embargo, la autonomía no implica aislamiento o falta de responsabilidad. Por el contrario, las universidades autónomas están obligadas a rendir cuentas a la sociedad, demostrar la calidad de su enseñanza, el impacto de sus investigaciones y su compromiso con la formación integral de sus estudiantes.
La autonomía universitaria es también una garantía para la libertad académica, al proteger a docentes, estudiantes e investigadores frente a represalias por sus ideas o líneas de investigación. Este entorno favorece el pensamiento crítico, la innovación y el debate abierto, pilares esenciales de toda sociedad democrática.
En pocas palabras, la autonomía universitaria no solo es una condición para el buen funcionamiento de las universidades, sino también un derecho que fortalece la calidad educativa, el desarrollo científico y la vida democrática de un país. Protegerla y respetarla es asegurar la libertad del pensamiento y el futuro del conocimiento.
Cortesía de El Heraldo de México.
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