El papa León XIV tiene enormes retos como líder de la Iglesia católica: continuar con la reforma de la curia vaticana sin disparar la ruptura que provocó Francisco; integrar la diversidad cultural de expresión de fe sin imponer desde Roma una teología occidental; transparentar las finanzas vaticanas y resolver un déficit económico de casi 2 mil millones de euros por pasivos en seguridad social de la curia romana.
El nuevo líder de los católicos apuesta por la paz, el diálogo y la unidad, propone una Iglesia que construya puentes en la sociedad y entre los países. El Papa busca tener un liderazgo moral universal, sin embargo la tarea parece una quimera porque enfrenta un mundo polarizado por los conflictos políticos, que no cree en los salvadores globales e incluso “un mundo con interpretaciones distintas y hasta enfrentadas sobre Dios”, una cultura universal donde la Iglesia ha perdido influencia.
Muchos al interior de la Iglesia creen que León XIV viene a complementar la obra de Francisco, lo cierto es que hay un sector importante de la jerarquía de la Iglesia católica que no ve cómo va a ocurrir una continuidad entre el fraile agustino y la obra del sacerdote jesuita. Hay muchas dudas de cómo es que el nuevo Papa va mantener el liderazgo religioso y político del que gozan los pontífices para contribuir a la paz mundial.
Dentro de la Iglesia hay voces críticas que están percibiendo, por modificaciones litúrgicas y de signos del nuevo Papa, un cambio de rumbo en el gobierno de la Iglesia y no precisamente en la línea de continuidad del pontificado.
En pocos días, León XIV está poniendo interés en recuperar la verticalidad de la liturgia tradicional, pero enfrenta una Iglesia que estaba empezando a conocer celebraciones más horizontales y participativas. El nuevo Papa, desde el primer momento en que salió al balcón, apareció con la muceta (capa corta que cubre hombros y pecho), usó el latín en el ritual, ornamentos clásicos y las celebraciones litúrgicas han sido más solemnes.
Francisco dejó una curia vaticana enfrentada con el Papa y resistente a los cambios en materia administrativa que no terminaron de cuajar. Y en lo doctrinal, el papa León XIV va a fortalecer el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y hacer de Roma el eje sobre el que gire la vida de la institución.
Un detalle que es toda una revelación de lo que será el nuevo líder de los católicos: el actual Papa volvió a los apartamentos pontificios, abandonados desde el 2013. Asume a plenitud lo que representa el Palacio Vaticano. Su mayor tesoro no está en las obras de Rafael y Miguel Ángel, sino en su balcón, donde el Papa bendice a los asistentes a la plaza.
Tras la renuncia de Benedicto XVI, Francisco optó por vivir en la residencia de Santa Marta. Dijo que el aislamiento y el lujo lo deprimían y prefirió estar cerca de la gente.
Los observadores de la vida vaticana ya encuentran diferencias importantes entre los dos papas: “León XIV busca recuperar el peso simbólico-sacral del papado que Francisco relativizó en favor de la imagen pastoral”. El Papa actual celebra con rito más sobrio, pero apegado a la liturgia tradicional, donde la verticalidad hacia Dios es más importante sobre lo horizontal (comunidad). León XIV ve la liturgia como instrumento de verdad y trascendencia, mientras que Francisco como vehículo de cercanía con el pueblo.
Los expertos estiman que en lo doctrinal el papa León XIV va a fortalecer el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y hacer de Roma el eje sobre el que gire la vida de la Iglesia, aunque se espera que sea un Papa misionero, un Papa que viaje al resto del mundo, como Juan Pablo II.
Hurgando en las declaraciones de Robert Prevost como obispo en Perú, descubrimos que se mostró crítico respecto a la incorporación de la ideología de género en los programas educativos. En declaraciones públicas dijo: “La promoción de la ideología de género es confusa, porque pretende crear géneros que no existen. En el marco del Sínodo de la Sinodalidad en el 2023, el obispo Prevost se pronunció en contra de la ordenación de mujeres al sacerdocio: “Clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema, podría generar un nuevo problema”. Y confirma la vocación laical dentro de la Iglesia, pero no en la jerarquía.
En el 2012 ya había manifestado su preocupación por el avance de modelos familiares alternativos, refiriéndose al “estilo de vida homosexual y las familias formadas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos”, como expresiones contrarias al Evangelio.
Y a propósito del documento Fiducis Suplicans, emitido por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en 2023, Prevost dijo: “Nuestra situación cultural es tal que la aplicación de este documento simplemente no va a funcionar”.
Con la elección del nuevo Papa, el arzobispo Georg Gänswein, exsecretario personal de Benedicto XVI (Corriere de la Sera el 23 de mayo) manifestó “su gran esperanza” en el nuevo pontificado, asegurando que la elección de León XIV marca un claro rompimiento con la línea de su predecesor, Francisco.
“Cuando lo vi en el balcón de la Basílica de San Pedro me dije: este Papa inspira confianza, confianza, confianza”, dijo Gänswein. Estima que León XIV será una síntesis entre el estilo pastoral de Francisco y la claridad doctrinal de Benedicto XVI.
Cortesía de Proceso.
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