En los pasillos del antiguo Ayuntamiento de la CDMX creen que la peor etapa de la crisis del agua que se generó en la alcaldía Benito Juárez ya pasó y que en esta misma semana el suministro domiciliario debería volver a su normalidad sin olor ni ningún tipo de sustancia química. Asimismo, sostienen que, a raíz de la respuesta del gobierno local, no hubo un impacto electoral y que no se trasladó hacia la campaña de Clara Brugada de manera negativa.
“El 100% del agua de las diferentes colonias afectadas ya está sin olor y sin ninguna presencia de sustancias”, le aseguró a LPO una fuente oficialista vinculada al suministro del agua de la CDMX, quien detalló que todavía se están limpiando más de tres mil cisternas para luego volverlas a llenar antes de regenerar la distribución. “Esta semana debería terminar con el asunto ya resuelto y el suministro normal”, agregó.
Al mismo tiempo, tanto en el Gobierno de la CDMX como en la dirigencia de Morena sostienen que la crisis impensada y no prevista no generó un impacto significativo en la previa de las elecciones y que no golpeó a la candidata oficialista, Clara Brugada. “No hay evidencia de una distorsión importante en las encuestas ni durante los días más fuertes de la crisis o después. Seguimos arriba”, manifestaron en diálogo con LPO fuentes del partido guinda.
A la hora de explicar el poco impacto que habría tenido la crisis, en el oficialismo brindan dos hipótesis. La primera, que el golpe fue más mediático que social ya que la respuesta de la ciudadanía afectada sería positiva a raíz de los diferentes mecanismos que el gobierno puso a disposición para atender a las personas afectadas. “Desde el primer día estuvimos informando y difundiendo lo que pasaba. Atendimos casa por casa y colonia por colonia”, sostienen en el Zócalo.
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La segunda hipótesis reconoce que existe un sector social que fue permeado por esta crisis, pero aseguran que dichos grupos pertenecen a una clase media informada y ya opositora a Morena que, en definitiva, no impacta en las encuestas porque reafirma la oposición que ya existía antes de la crisis. Recuerdan que, por ejemplo, algo similar ocurrió con la Línea 12 del Metro: no golpeó políticamente en Tláhuac, sino en regiones donde la comunicación y las denuncias de la oposición generaron más rebote.
Por otro lado, en el Gobierno prometen avanzar con las investigaciones para revelar los motivos que provocaron la contaminación del agua. En este contexto, también existen dos hipótesis: por un lado, una filtración desde algún predio cercano con actividad industrial actual o pasada; y, por el otro, un sabotaje. “No descartamos ninguna hipótesis”, afirman a la espera de las indagaciones que realizará la Fiscalía en los próximos días.
Cortesía de La Política Online
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