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La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha anunciado este martes que se están llevando a cabo ajustes estructurales esenciales en su sede de Ginebra y en todo el mundo para ajustarse a las “inevitables realidades financieras”.
Esta decisión se ha tomado tras una reducción sin precedentes del 30% en la financiación de los donantes estimada para este año, incluida una importante disminución de los proyectos financiados por Estados Unidos.
“En un momento en que los conflictos, las catástrofes climáticas y la inestabilidad económica están provocando niveles récord de desplazamientos, la migración no es una cuestión periférica, sino fundamental para la seguridad mundial, la estabilidad y el desarrollo sostenible”, explicó la Organización.
La reducción de la financiación tendrá graves repercusiones en las comunidades migrantes vulnerables, exacerbando las crisis humanitarias y socavando los sistemas vitales de apoyo a las poblaciones desplazadas.
Reducción del 20% del personal en Ginebra
Este ajuste incluye la reducción o finalización de proyectos que afectan a más de 6000 miembros del personal en todo el mundo, y la reducción del personal en la sede en Ginebra en aproximadamente un 20% (más de 250 miembros del personal).
El objetivo de estas medidas es asegurar que la OIM pueda seguir prestando asistencia humanitaria vital a migrantes y comunidades vulnerables, impulsando soluciones para las poblaciones desplazadas, y apoyando a gobiernos de todo el mundo en la gestión de la migración en beneficio de las sociedades y de los migrantes.
La OIM opera bajo un modelo de financiamiento basado en proyectos, establecido por sus Estados Miembros, el cual le permite flexibilidad, agilidad y capacidad de respuesta a las necesidades humanitarias mundiales.
Pero las repercusiones de la interrupción del financiamiento de proyectos específicos pueden ser de gran alcance, particularmente para las comunidades vulnerables que a menudo tienen pocas opciones de apoyo.
Prioridad: apoyar a las poblaciones vulnerables
La prioridad de la Organización es servir a las poblaciones vulnerables a pesar de las restricciones de financiación. Para cumplir esta misión, se están trasladando puestos a oficinas regionales y misiones en los países con costes más bajos, racionalizando la dotación de personal e identificando oportunidades para coordinar mejor su trabajo con otros actores humanitarios.
La OIM explicó que espera que estos cambios ahorren costes y permitan prestar un mayor apoyo a escala mundial para proporcionar asistencia humanitaria esencial.
Estas adaptaciones también permitirán desarrollar nuevos fondos, proseguir la supervisión y rendición de cuentas esenciales, y racionalizar las operaciones a medida que la OIM evoluciona para “superar los retos actuales”.
Asimismo, ha dado prioridad a mitigar los riesgos, tanto para el personal como para las operaciones, velando por que las reducciones se apliquen estratégicamente y en consulta con los dirigentes de los equipos afectados.
La protección de la asistencia de primera línea sigue siendo un objetivo principal, y se está trabajando para consolidar la sostenibilidad a largo plazo.
El mundo no puede mirar hacia otro lado
“El mundo está siendo testigo de niveles históricos de desplazamiento y, sin embargo, la financiación para abordar las causas profundas del desplazamiento se está reduciendo”, indicó la OIM.
“El mundo no puede permitirse el lujo de mirar hacia otro lado a medida que aumentan las necesidades y disminuyen los recursos”.
Asimismo, la Organización anunció que “la comunidad internacional no debe dejar de lado la gobernanza de la migración”. Es un imperativo humanitario y una necesidad esencial para la futura estabilidad mundial que se aborden los desplazamientos forzosos, los desastres inducidos por el clima y la movilidad.
También reconoce y lamenta las repercusiones que estas decisiones tendrán “en colegas que han dedicado años a la misión de la OIM, muchos de los cuales perderán sus empleos”.
Cortesía de Naciones Unidas.
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