La noticia de otra tragedia en un naufragio frente a las costas de Mauritania es una clara muestra de la desesperación que enfrentan las personas que intentan escapar de los conflictos, sostuvo este viernes la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Esta declaración de ACNUR se produce luego de que el lunes se informara de la desaparición de decenas de personas en el naufragio de una embarcación que transportaba a cientos de migrantes en aguas cercanas a la costa de la capital mauritana, Nuakchot.
En los últimos meses ha seguido aumentando el número de personas que parten de países del norte y el oeste de África, como Senegal, Mauritania y Marruecos. Su destino final suelen ser las Islas Canarias.
“ACNUR está profundamente entristecida por este trágico naufragio que ha provocado la muerte y desaparición de numerosas personas frente a las costas de Mauritania”, dijo la portavoz de esa Agencia, Shabia Mantoo.
“La embarcación, que seguía la ruta del Atlántico Occidental, volcó cerca de Nuakchot, cobrándose la vida de al menos 15 personas y muchas otras siguen desaparecidas”, agregó.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unas 300 personas, entre ellas mujeres y niños, embarcaron en una piragua de madera en Gambia y pasaron siete días en el mar antes de que ocurriera la tragedia. Mantoo señaló que se trataba del segundo desastre mortal en la región del que se tiene noticia este mes. El primero ocurrió a principios de julio.
Riesgos mortales
La llamada “ruta del Atlántico Occidental es una de las rutas más letales del mundo, con miles de migrantes y refugiados ahogados en los últimos años”, expuso la portavoz en una rueda de prensa en Ginebra.
Desde junio del año pasado, más de 76 embarcaciones con unos 6130 supervivientes han desembarcado en Mauritania, mientras que unos 190 perecieron en el mar antes de las dos últimas desgracias.
La representante de ACNUR en Mauritania, Elizabeth Eyster, reiteró el llamado a la comunidad internacional a optar por soluciones legales para las personas en peligro o en situaciones desesperanzadas, de modo que puedan desplazarse por países y continentes sin arriesgar sus vidas, como ocurre cada vez con más frecuencia.
“Vemos un fenómeno de desplazamientos de personas cuya extrema desesperación y vulnerabilidad a veces es explotada por contrabandistas, traficantes y otros”, afirmó la portavoz en Ginebra, explicando que los migrantes recurren a estos arriesgados viajes debido a la desolación y a la falta de vías seguras.
“Pedimos que se tomen medidas al respecto, ya que se han producido muchas tragedias en esta región y en otras, tanto en el mar como en tierra. Pero debe haber rendición de cuentas, en efecto, para cualquiera que se beneficie de la desesperación de otros”, enfatizó Mantoo.
Rastreo de desaparecidos
Según la OIM, sólo entre el 1 de enero y el 15 de julio de 2024, más de 19.700 migraron de sus países y llegaron de forma irregular a las Islas Canarias utilizando la ruta del Atlántico Occidental, en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando se registraron 7590 migrantes, lo que supone un aumento del 160%.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM ha registrado más de 4500 muertes y desapariciones en esta ruta desde 2014, incluidas más de 950 muertes el año pasado, el segundo más letal que se haya documentado.
Cortesía de Naciones Unidas.
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