CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Siete de cada 10 mexicanos que nacieron en la pobreza, siguen en la misma condición, señaló el “Informe de Movilidad Social en México 2025: la persistencia de la desigualdad de oportunidades” del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
El documento analiza la dinámica de la persistencia intergeneracional de la pobreza en el país, para conocer la magnitud, composición y consecuencias de la desigualdad, que impide el desarrollo social y el cambio en la posición económica de los individuos.
En México, el contexto de origen de las personas influye significativamente en su acceso a las oportunidades. El 73% de los mexicanos que nacen en el 20% de los hogares con bajos recursos económicos, no logran superar esa barrera durante su edad adulta:
“Al menos el 48% de la desigualdad de ingresos se debe a las diferencias en las circunstancias de origen, sobre las cuales las personas no tienen control”, indicó el informe.
De acuerdo con el CEEY, la región centro-norte, presenta una menor frecuencia de permanencia de pobreza, con un 31%, es decir, dos de cada tres personas que nacen en el grupo más desaventajado, logran avanzar a una posición más alta. Por otro lado, en la región sur, solo una de cada tres personas tiene esa posibilidad.
Los datos revelan el “complejo y desafiante problema” de la movilidad social, así como la urgencia de adoptar nuevas medidas de política pública para fomentar una mayor igualdad de oportunidades.
Asimismo, se observan patrones persistentes que limitan la capacidad de las personas para “ascender”, con respecto a su posición de origen, en términos de recursos económicos.
La mayor parte de esta tendencia se manifiesta en mujeres, quienes enfrentan más obstáculos para mejorar su situación económica, en comparación con los hombres.
El informe reveló que, a pesar de los avances educativos promedio en México, la escolaridad de los padres sigue siendo un factor determinante para los hijos, en cuanto al acceso a los estudios profesionales.
Las personas con padres que alcanzaron un alto nivel educativo, tienen mayor probabilidad de alcanzar los estudios profesionales, lo que significa que las desigualdades se vuelven persistentes por generaciones. Estos casos plantean un reto importante para el sistema educativo en el país.
A pesar de que, entre 2017 y 2023 se observó una reducción en la incidencia de la pobreza a nivel nacional, los niveles siguen siendo “sumamente altos”.
En comparación con otros 50 países de Europa, América, Asia y Oceanía, México se encuentra entre las 10 naciones con mayor desigualdad de oportunidades, donde al menos el 50% de ellas, se atribuye a circunstancias de origen, fuera del control de las personas.
“La persistencia económica indica que hay barreras estructurales que limitan la movilidad ascendente y perpetúan las desigualdades socioeconómicas a lo largo del tiempo. Comprender la magnitud y los orígenes de estas diferencias es fundamental para diseñar políticas”, se lee en el documento.
Los autores concluyeron que México enfrenta desafíos considerables en comparación con otras economías desarrolladas.
Aunque en los últimos años se han logrado ciertos avances, el estancamiento reciente establece retos importantes, empezando por la necesidad de comprender cómo se conforman y operan los mecanismos de la baja movilidad social.
“La desigualdad de oportunidades limita el potencial de las personas y restringe el desarrollo del país en su conjunto. (…) la desigualdad de oportunidades y la transmisión intergeneracional de la pobreza son grandes problemas que requieren atención. (…) es importante seguir analizando las dinámicas de la movilidad social en México, así como sus implicaciones para el desarrollo del país”, finalizó el informe.
Cortesía de Proceso.
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