CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- Ron Johnson, el embajador de Estados Unidos en México, quien refrendó, el 3 de junio, que una frontera segura era la prioridad en la relación, exhortó a “enfrentar” juntos las “amenazas a la infraestructura crítica y la seguridad alimentaria”, al día siguiente.
El exmilitar y exjefe de operaciones de la CIA señaló a China como rival –”no solo competimos con China”, dijo– y se refirió a nuevos retos en “biopatógenos” y “cadenas de suministro”, dos temas relacionados con la zona de libre comercio que, en su opinión, México y Estados Unidos deben atender “como aliados estratégicos y principales socios comerciales”.
El mensaje ilustra el cambio de tono de la administración Trump hacia México, que pasó de ser retratado como un país que saqueó a Estados Unidos por el superávit comercial, a un aliado estratégico.
El antecesor de Johnson en el cargo, Ken Salazar, solía cabildear los intereses de Washington –durante la administración de Joe Biden– directamente en Palacio Nacional, en reuniones con gobernadores y legisladores, o en conferencias de prensa; hasta el momento, Johnson no ha tenido este acercamiento privilegiado con el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.
Cortesía de Proceso.
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