Las nuevas normas de salud son regulaciones que impiden y ponen en riesgo el trabajo de la partería tradicional en Chiapas. Integrantes de parteras “Nich Ixim” denunciaron la discriminación histórica a la que han sido sometidas como parteras tradicionales.
Rosalinda Pérez Robledo de Comalapa de 46 años de servicio, detalló, que la reciente Norma Oficial Mexicana NOM-020-SSA-2025 para establecimientos de salud y el reconocimiento de la partería, en la atención integral materna y neonatal, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 4 de marzo de 2025, es una amenaza a la existencia misma de la partería tradicional.
Esta norma desconoce los avances que la Ley General de Salud estableció en relación con la partería tradicional en la reforma aprobada el 26 de marzo de 2024; y, segundo, porque se basa en un modelo biomédico que impone requisitos de control, regulación y condicionamiento a la partería tradicional como el Registro Nacional de Partería que no considera los saberes ni formas de atención, e imposibilita el que los niños y niñas sean atendidos por ellas.
Destacan valor ancestral de la partería en nuestro país
La partería tradicional en México es una práctica ancestral que forma parte de la identidad cultural de los pueblos originarios y comunidades rurales. Las parteras son guardianas de conocimientos ancestrales, portadoras de saberes que han permitido el nacimiento de generaciones en condiciones de respeto y dignidad, explicaron.

Demandaron seguir atendiendo partos en sus comunidades y no sólo ser canalizadoras de mujeres hacia las clínicas y hospitales como se les está imponiendo y exigieron el reconocimiento legítimo y protección de la partería tradicional, por ser parte de un sistema de salud propio de los pueblos indígenas equiparables y afrodescendientes. Apenas el 5 de mayo se celebró el Día Internacional de la Partera.
¿Qué es una partera?
Una partera es una persona capacitada para acompañar y asistir a las mujeres durante el embarazo, el parto y el posparto, generalmente con un enfoque natural, humanizado y centrado en la madre. Las parteras pueden tener formación tradicional, transmitida de generación en generación, o formación profesional, reconocida por sistemas de salud. Ambas aportan conocimientos valiosos sobre el proceso del nacimiento.
Las parteras tradicionales suelen tener un rol importante en comunidades rurales o indígenas, donde los servicios médicos son limitados. Su trabajo se basa en la experiencia, el conocimiento ancestral y la cercanía con las familias, brindando apoyo emocional, físico y espiritual.
Por otro lado, las parteras profesionales (también llamadas obstetras en algunos países) reciben educación formal en instituciones académicas y pueden trabajar en hospitales, clínicas o de forma independiente. Están entrenadas para identificar riesgos y colaborar con médicos si surgen complicaciones, pero también para favorecer partos naturales sin intervenciones innecesarias.
En ambos casos, el papel de la partera es fundamental para promover nacimientos seguros, respetuosos y conscientes, fortaleciendo la salud materno-infantil. Su presencia es especialmente valiosa en contextos donde el acceso a atención médica es limitado o donde se busca una alternativa más personalizada al parto hospitalario.
Cortesía de El Heraldo de México.

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