BOGOTÁ (proceso.com.mx).- Los cuatro niños que sobrevivieron 40 días perdidos en la selva del sur de Colombia llegaron la madrugada de este sábado a Bogotá a bordo de un avión de la Fuerza Aérea, y fueron internados en el Hospital Militar, donde son atendidos por un grupo de médicos de diferentes especialidades.
Los menores, que fueron hallados la tarde del viernes en una espesa zona selvática, viajaron junto con su padre, Manuel Ranoque, y uno de sus abuelos, luego de permanecer unas horas en un hospital de San José del Guaviare (unos 280 kilómetros al suroriente de Bogotá).
El general Pedro Sánchez, jefe del comando conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Armadas, quien dirigió las labores de búsqueda de los cuatro niños y quien viajó con ellos a la capital de Colombia, dijo a reporteros que los menores fueron encontrados por indígenas de la comunidad moruy del suroccidental departamento del Putumayo.
Después, los indígenas hicieron contacto con una cédula de comandos de las fuerzas especiales del Ejército que participaba en el operativo de rescate desplegado en esa inhóspita zona selvática y lluviosa del sur del territorio.
“Están con una alegría inmensa, ellos solo tenían deseos de vivir y eso fue lo que nos permitió encontrarlos”, dijo el militar en el aeropuerto de Bogotá, donde los niños fueron subidos en cuatro ambulancias que los trasladaron al hospital.
El general Sánchez indicó que los niños, de la etnia indígena uitoto, fueron hallados unos cinco kilómetros al occidente del sitio donde el pasado 1 de mayo cayó una avioneta en la que viajaban con su madre, quien murió en el accidente junto con el piloto y otro adulto.
Los menores son Lesly Mucutuy (de 13 años), Soleiny Mucutuy (9), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, quien tenía 11 meses de nacido cuando ocurrió el accidente y cumplió un año el pasado 26 de mayo en la selva.
“Los vi bastante estables, ya bastante recuperados”, indicó el general Sánchez, quien destacó la fortaleza de la hermana mayor, Lesly.
El comandante de las fuerzas especiales del Ejército, William Coto Muñoz, dijo que la sapiencia indígena de los menores y su conocimiento de la selva (ellos viven en una región amazónica) los dotó de una “resistencia superior y adaptabilidad” al medio en el que pasaron 40 día perdidos.
Explicó que durante ese tiempo se alimentaron con dos frutas que se producen de manera natural en esa zona: maracuyá y mango.
Cortesía de Proceso.
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