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En el corazón del semidesierto coahuilense, el pueblo mágico de Viesca se ha convertido en el escenario de una historia sencilla, pero profundamente mexicana: Luis, un cortometraje que narra la vida de un niño que sueña con regalarle unos zapatos a su madre. La trama, que refleja realidades comunes en muchas regiones del país, es impulsada por una nueva generación de cineastas laguneros que decidieron filmar en su propia tierra.
La producción, a cargo de la empresa Influencer Films, reúne a cerca de 40 personas entre técnicos y actores, y se está desarrollando esta semana en calles como Constitución e Hidalgo, en el centro de Viesca, un pueblo añejo del suroeste de Coahuila. La Casa de la Cultura, que para efectos del rodaje fue transformada en un mercado municipal, sirve como escenario principal para contar esta historia de 12 minutos de duración.
Uno de los protagonistas de Luis es el actor torreonense Héctor Kotsifakis, quien ha participado en múltiples producciones nacionales y regresa a su región no solo como intérprete, sino como promotor del cine local.
“Viesca tiene una luz única, una estética desértica impresionante. No le pide nada a Durango u otros estados donde se filma mucho. Aquí tenemos cerros pelones, tierra blanca, una belleza poética que hay que aprovechar”, comenta Kotsifakis en entrevista.
El actor rememora el festival de cine Fenacine, que se realizaba en Torreón antes de la pandemia y que permitió mostrar películas con participación de talentos laguneros. “Ahí conocimos Viesca como locación cinematográfica. Hicimos incluso un promocional en la salinera, con escenas de acción. Desde entonces supe que este lugar tenía potencial para más”, relata.
Filmar con lo mínimo, contar con lo máximo
El rodaje de Luis es una producción de bajo perfil. No hay tráileres ni caravanas. Las calles no están completamente cerradas ni hay grandes reflectores. Todo se desarrolla con recursos limitados, pero con profesionalismo. Según la producción, cada minuto del cortometraje corresponde a una página del guion. Doce páginas, doce minutos.
El proyecto, además de contar con Héctor Kotsifakis, incluye a Irán Castillo, otra actriz de renombre que se suma a esta producción independiente. Ambos actores aportan su experiencia a un equipo técnico en su mayoría joven y local. “Muchos de los chavos que trabajan aquí vienen saliendo de la escuela, pero ya conocen el lenguaje cinematográfico. Manejan drones, cámaras, sonido. Tenemos talento en La Laguna, solo falta que se apoye más”, enfatiza Kotsifakis.
La industria que no despega (todavía)
A pesar del talento y las locaciones, el cine en Coahuila —y particularmente en la Comarca Lagunera— no ha despegado como industria. Kotsifakis compara el apoyo que recibe Durango, donde existen incentivos fiscales, equipos técnicos formados, y una comisión de filmaciones activa, con lo que ocurre en Coahuila: “Aquí no hay incentivos ni una estructura institucional sólida. La Secretaría de Turismo debería tener una comisión de filmaciones para atraer producciones. Eso genera empleo y derrama económica”.
La película Pérdida total, en la que también participó, se filmó en Torreón y la carretera Viesca-Parras. Aunque tuvo una breve corrida comercial, fue desplazada rápidamente por los grandes estrenos de Hollywood. “Los exhibidores siempre priorizan los blockbusters gringos. Pero nosotros seguimos filmando. No con dinero, pero sí con convicción”, dice el actor.
Para Kotsifakis, el cine no es solo entretenimiento: “Es un reflejo de nuestra realidad, de lo que nos duele como sociedad. Por eso es tan importante que se siga filmando, aunque no haya dinero”. La productora Influencer Films, que da origen a Luis, tiene como objetivo abrir camino en la ficción después de haber trabajado contenidos de otro tipo. El rodaje en Viesca es un ensayo de lo que podría convertirse en una apuesta de largo plazo: crear industria cinematográfica en una región que ya tiene lo necesario, salvo apoyo institucional contundente.
Viesca como escenario, la Comarca como destino
No es la primera vez que Viesca sirve de escenario para el cine. En las dunas de Bilbao se filmó Buscando al Soldado Pérez, entre otras producciones. Sin embargo, el potencial sigue siendo poco explotado.
Mientras el calor del semidesierto supera los 30 grados, las calles del pueblo reciben una historia más que, aunque breve, podría marcar el inicio de una nueva etapa para el cine regional. “Aquí hay paz, hay belleza, hay talento. Solo falta que nos lo creamos y que nos apoyen”, concluye Kotsifakis, con la mirada puesta en seguir filmando en su tierra.
Cortesía de El Heraldo de México.
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