Alrededor de las 4 de la tarde, Jesús de Nazareth fue crucificado en el Cerro de la Estrella, en la representación 182 de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.
Ante miles de personas, la mayoría feligreses, se llevó a cabo esta representación religiosa y cultural, que por su tradición se ha convertido en la más importante del país.
Este año, con una participación de más de 130 actores principales, vecinos de los ocho barrios originarias, la escenificación volvió a demostrar por qué es considerada uno de los eventos religiosos más importantes de América Latina.
Jesús, interpretado por el joven José Julio Olivares Martínez, partió después de las 2 de la tarde desde la explanada de la Macroplaza Cuitláhuac, que fungió como escenario del juicio contra el nazareno. Donde Poncio Pilato lo mandó azotar.
La representación se desarrolló en múltiples escenarios: desde la escalinata del Santuario del Señor de la Cuevita hasta el Cerro de la Estrella. En cada espacio, los actores, todos habitantes de Iztapalapa, dieron vida a los pasajes bíblicos, conmoviendo a la mayoría de los asistes.
Más de 130 actores participaron este año, muchos de ellos desde hace meses en ensayos comunitarios, desde María hasta Judas, desde el Cirineo hasta los soldados romanos: todos son el rostro de un pueblo que cree, que recuerda y que se representa a sí mismo.
Este año, como en anteriores, la celebración reunió a miles de asistentes, entre locales, turistas nacionales y hasta visitantes extranjeros. La edición 182 concluyó como cada año: con aplausos, lágrimas, y un gran reconocimiento a los actores de la representación de la Pasión de Cristo.
Cortesía de El Heraldo de México.

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