Antes de degradarse, Erick pegó con fuerza en la región Costa Chica de Guerrero, donde se registran inundaciones, techos desprendidos, cortes de energía eléctrica y algunas zonas incomunicadas.
Veinte horas después del impacto del huracán, ahora considerado tormenta tropical, árboles caídos, postes de luz vencidos y techos colapsados es la postal a lo largo de la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional.
En la autopista 200-D a la altura del poblado San Isidro, en Ometepec, el tramo carretero se vio interrumpido por la caída de árboles, que fueron retirados por personal del Ejército Mexicano. La falta de suministro eléctrico ha incomunicado a los pobladores, quienes se trasladan a cabeceras municipales en busca de ayuda.
“No tenemos luz, la corriente subió y hay muchas casas que fueron afectadas. En el municipio activaron albergues pero necesitan ayuda, como no hay comunicación no se sabe lo que estamos pasando”, contó Nabor Aragón, habitante de San Nicolás, municipio de nueva creación.
Se desconoce magnitud del daño
La incomunicación de algunas localidades ha propiciado que no se conozca aún la magnitud del daño provocado por el meteoro en la región..
“No se ha dado a conocer que las personas están damnificadas por lo mismo de que no hay acceso. Hay muchas personas que están en zona de riesgo. Sus casas, algunas no pueden ser habitadas porque están cerca de un barranco, algunas de lámina y madera, no son de material por lo mismo que es un municipio de nueva creación”, expuso Aragón.
A quince minutos de Punta Maldonado, en la comunidad de Montecillo, municipio de Cuajinicuilapa, las familias se encuentran en penumbras. Aseguran que tienen víveres para uno o dos días, y que no salieron de sus hogares porque los refugios no se daban abasto.
“Sentimos que aquí estábamos más protegidos y por eso decidimos quedarnos”, contó Guadalupe Abarca, habitante de Montecillo.
Cortesía de El Heraldo de México.

Dejanos un comentario: