Si miramos al cielo una noche despejada entre marzo y noviembre, podremos observar cerca de la constelación de Orión, un conjunto de estrellas en torno al al que los antiguos griegos pusieron el nombre de Canis Maior o Can Mayor. Esta constelación dio nombre al periodo más caluroso del año, la canícula.
Existen varias versiones de la mitología griega que explican el origen del Can Mayor. Una de ellas refiere que Orión utilizaba al perro para cazar a Lepus, la constelación de la liebre, en el firmamento.
Otra versión plantea que se trataba de Mera, la perra de Icaro; cuando campesinos de Atenas asesinaron a Icaro, pensando que los había envenenado con vino, Mera llevó a Erígone, hija de Icaro, hasta el cadáver de su padre; devastada por la tristeza se quitó la vida y días después Mera también decidió morir lanzándose a un pozo; entonces Zeus se apiadó de los tres y los convirtió en estrellas: Mera como Canis Maior, Erígone como Virgo e Icaro como Bootes.
Pero hay otra versión que dice que se trataba del perro de la diosa griega Isis y solía pensarse que la energía de su estrella más brillante, Sirio, se sumaba a la del Sol para producir los días más calurosos del año, es decir, los días caniculares.
La estrella del calor abrasador
La palabra canícula tiene su origen en la palabra “canes”, que significa “perros”; el término, que hace referencia al fenómeno de calor abrasivo, se refiere a la constelación del Can Mayor y su estrella más brillante, Sirio. Por una parte, la palabra etimológicamente Sirio quiere decir “brillante”, en concordancia con su característica de ser el astro más brillante del cielo.
Pero también Sirio quiere decir “quemante” o “abrasadora”, y esta acepción tiene que ver con que hace unos siglos, su primera aparición en el horizonte, como una estrella visible en el cielo por la mañana, coincidía con el fenómeno de los días más calurosos del año y ausencia de lluvias. El astrónomo Joachim Herrmann asegura que de ahí proviene la expresión “días de perros”; en épocas más recientes, también es común escuchar la frase “hace un calor de perros”.
El solsticio de verano anuncia los días más calurosos
La canícula se presenta unas semanas después del solsticio de verano, el 21 de junio y ocurre debido a que la disminución de las lluvias coincide con las altas temperaturas. De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), los vientos alisos que soplan con fuerza desde el Este impiden la formación de nubes sobre el océano, lo que hace que disminuyan las precipitaciones, ocasionando un clima seco y caluroso.
En 2025, se prevé que este fenómeno, que se caracteriza por temperaturas superiores a 37 grados centígrados, calentamiento del aire y cielos despejados, inicie el 3 de julio y se extienda hasta el 11 de agosto.
Cortesía de El Heraldo de México.