La alimentación es un derecho humano fundamental y está reconocido por diversos documentos jurídicos del derecho internacional, los cuales han sido ratificados por el Estado mexicano, por lo que su aplicación es obligatoria.
Sin embargo, el artículo 24 de la Convención sobre los Derechos del Niño y el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no son suficiente respaldo para que todas las niñas y niños en México disfruten una nutrición efectiva.
La niñez en México encara un severo reto cuando de nutrición se trata, ya que por un lado existen millones de niñas y niños que padecen obesidad y están en medio de múltiples intentos de cambiar la cultura de la alimentación, mientras que otros tantos con mucho trabajo consiguen el consumo mínimo necesario para su desarrollo.
Más de 15 millones de menores sufren de obesidad. Según la Encuesta de salud y nutrición (ENSANUT) 2020-2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 5.7 millones de niños de 5 a 11 años y 10.4 millones de 12 a 19 años padecen obesidad. Mientras que la propia ENSANUT revela que el 12.8% de los niños de o a 4 años tienen una talla baja; es decir, sufren de desnutrición crónica.
Recientemente, Save the Children México y el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON) presentaron un estudio que no solo refleja la situación actual de la nutrición, sino que también examina escenarios de riesgo y ofrece soluciones estratégicas con el objetivo de mitigar futuros desafíos en este ámbito crítico.
El Atlas de Riesgos para la Nutrición de la Niñez es un estudio realizado con enfoque de derechos de la niñez que prioriza la acción coordinada ante un problema de salud pública que, a pesar de los avances en la reducción de la desnutrición a lo largo de las décadas, sigue afectando de manera desproporcionada a comunidades específicas del país.
Esta investigación se construyó a partir de un mapeo inicial de 139 variables independientes, obtenidas de diversas fuentes, como la Dirección General de Información en Salud de la Secretaría de Salud, el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del INEGI, la base DataMun de Coneval y los anuarios de morbilidad de la Secretaría de Salud; lo que permite mirar el panorama desde diferentes y específicas aristas que, sin duda, revelan la situación actual y lo que podría ser un catastrófico futuro si no se toman en cuenta las condiciones que agravan la nutrición de las niñas, niños y adolescentes.
Es así, que este Atlas incluye mapas interactivos que están categorizados en dos importantes secciones: Desnutrición Crónica – Baja Talla y Sobrepeso y Obesidad. Al seleccionar uno es posible elegir entre los diferentes rangos de edad, que van de los 0 a 3 años, 4 a 6 años, 7 a 9 años y uno completo de 0 a 9 años; y después de ingresar las variables, se mostrarán dos mapas disponibles: el izquierdo muestra la prevalencia del fenómeno seleccionado, mientras que el de la derecha indica su potencial riesgo.
Así pues, algunos de los descubrimientos que el estudio hace son realmente impactantes. Por mencionar algunos datos, se estima que, en niñas y niños de entre 5 y 11 años, la obesidad casi se duplicó, de 9% en 1999 a 17.5% para 2020-2023 como promedio de los tres años: Asimismo, se encontró que 21 estados de la República Mexicana presentan riesgo considerable de que un niño o niña en la entidad presente sobrepeso y obesidad en el transcurso de sus primeros nueve años de vida.
El análisis profundo que este estudio permite subraya la importancia de adoptar un enfoque de género y prevención de la violencia. La violencia intrafamiliar tiene un impacto negativo en la nutrición y el desarrollo, ya que genera estrés e inseguridad en el entorno familiar, lo cual afecta el crecimiento y la salud de la niñez.
El Atlas de Riesgos para la Nutrición de la Niñez en México fomenta una conversación activa e informada sobre acciones en torno a la promoción de la nutrición y la salud, con el objetivo de que todas las niñas y niños en México tengan acceso a una alimentación segura, suficiente y saludable.
Más allá de las cifras, este interesante ejercicio analítico se convierte en motivo suficiente para que autoridades, instituciones, el sector empresarial y todos los integrantes de la sociedad den un paso atrás para observar que una nutrición eficaz no solo se trata de qué consumen las niñas y los niños, sino que también hay que procurar un ambiente sano, mejorar las oportunidades de sus familias y sobre todo de facilitar un contexto que nutra, sí sus cuerpos, pero también sus mentes.
Entérate de todos los hallazgos que tiene el Atlas de Riesgos para la Nutrición de la Niñez e interactúa con los mapas en su sitio web.
¡Infórmate y sé parte de la evolución que alimente a la niñez en nuestro país!
IBVM
Cortesía de El Heraldo de México.
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