Una nueva ola de violencia golpeó a Sinaloa entre la noche del miércoles 7 y la mañana del jueves 8 de mayo, con el asesinato de tres policías en distintos hechos ocurridos en los municipios de Mazatlán y Culiacán.
El primer ataque se registró en el puerto de Mazatlán poco después de las 11 de la noche, cuando un comando armado abrió fuego contra policías municipales en el fraccionamiento Pradera Dorada 6. Los uniformados se encontraban cerca de una taquería cuando fueron emboscados; dos de ellos murieron en el lugar y otros cuatro resultaron con lesiones de gravedad.
Horas más tarde, en la capital del estado, se reportaron fuertes detonaciones en la colonia Diez de Mayo, al suroriente de Culiacán. Tras el despliegue de corporaciones de seguridad, se confirmó que un agente preventivo fue ejecutado dentro de una camioneta Toyota Tacoma, estacionada en la vía pública.
Ambos crímenes ocurrieron en el contexto de una noche particularmente violenta en Sinaloa. En Culiacán, al menos una decena de viviendas fue atacada a balazos, además de registrarse bloqueos carreteros en los que fueron incendiados autobuses y vehículos particulares. La presencia de hombres armados fue reportada en múltiples sectores de la ciudad.
Violencia afecta otras regiones del estado
En otros puntos del estado también se vivieron momentos de tensión. En Villa Juárez, Navolato, se escucharon ráfagas de alto calibre durante la noche, mientras que en Mocorito se reportaron enfrentamientos armados.
De acuerdo con información oficial, los hechos violentos de la jornada del miércoles dejaron como saldo preliminar seis personas asesinadas. Además, se interpusieron 14 denuncias por robo de vehículos y cuatro más por privación ilegal de la libertad.
Autoridades estatales han intensificado los operativos de vigilancia en las zonas afectadas, mientras continúa la investigación para identificar a los responsables de los ataques.
Cortesía de El Heraldo de México.
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