CIUDAD DE MÉXICO (apro).-“La gente baila para comunicarse, desde la fiesta de su casa, desde la salsa, hasta la danza ya como profesión”, explicó en conversación con Proceso la bailarina y coreógrafa María O’Reilly Regueiro, del Taller Coreográfico de la UNAM (TC UNAM), quien aseguró que el Día Internacional de la Danza es un importante reconocimiento a su profesión y a la danza que es “un medio de expresión, de comunicación entre artistas, entre la sociedad misma”.

O’Reilly fue la directora del montaje El tango perpetuo del diablo y los ángeles de Lesbia, además de productora de espectáculos multidisciplinarios, bailarina de danza clásica.
Ante la pregunta sobre cómo se puede lograr que más personas se interesen por la danza, expresó que a veces las personas no se acercan a este arte porque lo siente como algo ajeno. “A veces el público si no se siente cercano o no siente que pueda conectar con lo que va a ver le puede dar un poco de miedo. Entonces me parece que la invitación hacia el público debe ser abriendo esa conexión (…) porque si la gente se siente identificada con lo que ve, regresa”.
“La maestra Gloria Contreras, fundadora del Taller Coreográfico de la UNAM hacía eso. Ella jugaba con mezclar los programas y poner de repente algo de música clásica o música abstracta o contemporánea, pero también metía algo popular. Entonces el público conecta con alguna de las obras y se va metiendo; finalmente se crea público”, expresó.
Funciones
Con una jornada con eventos desde las 10 horas de la mañana, hasta las 22:00 horas, la UNAM celebró el domingo el Día Internacional de la Danza.
A las 12:30 horas, mientras en la explanada del Centro Cultural Universitario (CUC) el ambiente era jubiloso y festivo, en el interior de la Sala Miguel Covarrubias, el teatro estaba en penumbras y una luz tenue iluminaba a cinco bailarines y una bailarina, que cautivaban al público con cada uno de sus movimientos. Sus cuerpos, transformados en lienzos, transmitían un sentimiento distinto en cada ocasión, libre a la interpretación de cada quién.
Desde las esquinas del escenario, dos músicos, con un violonchelo y un clarinete bajo, además de una composición electrónica en vivo, inundaron el ambiente con notas que no eran las de una melodía convencional, con ruidos que a veces, recordaban a los rugidos de las fieras y otras tantas al implacable bramar del viento en una noche de tempestad.
Así fue el estreno en el CUC de la pieza “nosarrastra”, creación del coreógrafo mexicano Edgar Zendejas, e interpretada por integrantes del Taller Coreográfico de la UNAM. La puesta en escena, inspirada en un poema del compositor de la obra, Hugo Morales Zendejas, aborda la adversidad y los sentimientos de temor ante lo desconocido.
El Taller Coreográfico de la UNAM es una de las compañías de danza más importantes de México, fundada en los años 70 por la bailarina y coreógrafa mexicana Gloria Contreras, que dejó un legado de más de 200 coreografías de ballet clásico y neoclásico.
En la función del domingo, el programa arrancó con “Enigma” una pieza de la coreógrafa y actual director del TC UNAM, Irene Marcano. Con nueve bailarines en escena, el número con una duración de 15 minutos cautivó a la audiencia por su dinamismo y contrastes.
A continuación, el dueto de Huma, con Melva Olivas, cargado de emotividad tuvo a la audiencia conteniendo la respiración, mientras observaba los gráciles movimientos de dos bailarinas, con una evocativa escenografía que las hacía aparecer rodeadas de niebla.
Después “Te fuiste a tiempo”, obra estrenada en 2024, de Guillermo Aguilar y Carla Segovia, mezcló las letras de la canción y la expresividad de las y los bailarines para transmitir una historia de desamor, cargada de simbolismos con un ritmo que era un relanzamiento del bolero.
“Vals Capricho”, de Irina Marcano presentó una complicada ejecución en puntas de la bailarina Vianey Rodríguez, al tiempo que bailaba con Ángel Rueda.
A su vez, “Ionización” de la maestra Gloria Contreras e interpretada por siete bailarinas con vestuarios rosas y negros invitaba a conectar con la danza a través de los sentidos, trascendiendo el entendimiento racional. Por último, la función culminó con el estreno de “nosarrastra”.