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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Debido a la falta de cultura preventiva, en México, entre 60% y 70% de hombres con cáncer de próstata llegan a los servicios médicos cuando el tumor ya está desarrollado, aseguró Jesús Emmanuel Rosas Nava, jefe del Servicio de Urología del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” de la Secretaría de Salud.
El cáncer de próstata es una de las principales causas de muerte de hombres en México: cada año se detectan más de 25 mil casos y más de siete mil 500 mueren por esa razón, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología (INcan).
A esta institución en México llegan siete de cada 10 pacientes en etapas tardías, mientras que, en Estados Unidos, Francia, Inglaterra o España, nueve de cada 10 son detectados cuando el cáncer inicia, lo que permite el tratamiento oportuno que les salva la vida.
A propósito del Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se conmemora este 11 de junio, la Secretaría de Salud del gobierno federal destacó la importancia de hacer revisiones preventivas para detectar y tratar a tiempo esta enfermedad.
Y es que, si se detecta en etapa temprana, la tasa de supervivencia a cinco años es superior al 85%, de acuerdo con el doctor Rosas Nava. “La detección temprana salva vidas. La prevención y el autocuidado deben convertirse en una práctica habitual para todos los hombres, tal como ocurre con las campañas de detección de cáncer en mujeres”, añadió.
¿Qué es el cáncer de próstata?
De acuerdo con el INcan, el cáncer de próstata es “un tumor maligno que se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer fuera de control. Afecta principalmente a hombres mayores de 45 años”.
Síntomas y factores de riesgo
En sus etapas iniciales, este tipo de cáncer no presenta síntomas y es de lento crecimiento. En la mayoría de los casos, se presenta después de los 50 años.
Sin embargo, cuando está más desarrollado, puede manifestarse de la siguiente manera:
- Dificultad y dolor al orinar
- Flujo de orina débil o interrumpido
- Sangre en la orina o semen
- Dolor persistente en la espalda, caderas y pelvis
- Dolor al eyacular
Los factores de riesgo de esta enfermedad son los siguientes:
- Tener más de 50 años, es más común
- Sedentarismo y obesidad
- Antecedentes familiares, tener padre o hermano con cáncer de próstata aumenta el riesgo de dos a tres veces
- Tabaquismo
- Alcoholismo
- Raza: es más común en hombres afroamericanos
- Inflamación de la próstata
- Infecciones de transmisión sexual
Prevención
La Secretaría de Salud recomendó a los hombres seguir estas instrucciones y herramientas para prevenir esta enfermedad:
- Acudir a revisiones médicas periódicas, incluso sin síntomas aparentes, especialmente a partir de los 45 años o desde los 40 si hay antecedentes familiares.
- Realizarse el análisis del antígeno prostático específico (APE). Es una prueba sanguínea sencilla que identifica alteraciones desde etapas iniciales.
- Si el APE arroja valores superiores a 4 nanogramos por decilitro, se debe complementar con estudios como los siguientes:
- Exploración rectal y Ultrasonido transrectal
- Resonancia magnética
- Biopsia prostática
Programa gratuito
El Instituto Nacional de Cancerología tiene el programa Programa de Atención Integral de Cáncer de Próstata (OPUS), desarrollado con apoyo del gobierno federal con la intención de reforzar el tratamiento del cáncer de próstata, así como su diagnóstico oportuno.
Este programa es gratuito y está diseñado para los hombres que no tienen ningún tipo de seguridad social. En el siguiente link puede obtener más información sobre el mismo: https://prostatamexico.org/programaopus/
El tratamiento “más eficaz”
La SSA recordó que el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” es “referente nacional” en cirugía laparoscópica para cáncer de próstata, pues tiene un centro de alta especialidad para hacer esta intervención.
Se trata de una técnica “mínimamente invasiva, que permite controlar eficazmente el tumor con mejores tiempos de recuperación y menor impacto en la calidad de vida del paciente”.
Dicha cirugía se llama prostatectomía radical. Consiste en extirpar toda la glándula prostática y una porción del tejido que la rodea, incluidas las vesículas seminales. Además, se limpian los ganglios linfáticos, con lo que se erradica el tumor.
Se realiza por vía abierta, laparoscópica o robótica y es “una de las estrategias más eficaces para casos localizados”, según Jesús Emmanuel Rosas Nava, jefe del Servicio de Urología del Hospital General de México.