“¡Retírate!”, exigió el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, al padre de un joven asesinado en La Paz, quien lo increpó para reclamarle justicia en este caso que sigue sin aclararse desde hace una década en la entidad.
Daniel Hernández Aguirre, padre del joven abogado Jonathan Hernández Ascencio, quien fue acribillado en 2010 al interior de un bar en la zona del malecón de La Paz, increpó al gobernador para reclamarle justicia y reparación del daño, tras referir que han pasado tres exgobernadores sin resolver el caso: Narciso Agúndez, Marcos Covarrubias y Carlos Mendoza.
Al inicio y al término de la sesión de arranque de trabajos del segundo periodo en el Congreso local, el gobernador fue abordado por la prensa y al mismo tiempo por las víctimas, entre ellas, el señor Daniel Hernández quien a gritos le exigió “¡respeto y justicia!”
El gobernador buscó ignorar el reclamo y continuar con la entrevista: “A ver, compañeros, comenten”, les dijo a los reporteros, lo que encendió los ánimos y la protesta del señor Daniel, quien le pidió al mandatario estatal que como gobernador se comprometiera a dar con los responsables del crimen, incluso refirió que exautoridades habrían estado involucradas para encubrir a los probables responsables.
– “Ese es un asunto de la Procuraduría”, respondió Castro Cosío.
– “¡Tú eres el gobernador!”, insistió el padre
– “Yo no imparto justicia”, dijo el mandatario.
– “¡Comprométete a que vas a atrapar a los asesinos de mi hijo. Eres un cobarde!”, lanzó el padre del joven asesinado.
Fue entonces cuando el mandatario, visiblemente molesto, le gritó al señor Daniel Hernández: “¡Respeta, tú!”, quien siguió con su reclamo de justicia y le refirió que lo metiera a la cárcel si así lo deseaba.
Castro Cosío, rodeado de medios y entre otros reclamos que empezaron a escucharse, le exigió que se retirara del lugar: “¡retírate!”
También expresó que revelaría el contenido de un encuentro previo que habían tenido para abordar el caso de su hijo asesinado, lo que exaltó los ánimos del padre, quien le respondió con voz entrecortada que no tenía miedo y que lo único que había hecho fue exigir justicia y su derecho a la reparación del daño.
– “¿Cuánto pedías?”, dijo el gobernador.
– “Yo no le pedí ni un peso, le pedí que me reparara el daño”, respondió el señor Daniel.
Al término de la discusión, el gobernador fue cuestionado al respecto de la atención a las víctimas y la reparación del daño, y respondió que él no era el responsable de procurar justicia y dijo que no daría “un cinco de dinero” por la “exigencia” del señor Daniel como reparación del daño.
JM
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