La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) ejecutó una orden de aprehensión y detuvo a una mujer identificada como I.J.M., acusada del delito de homicidio por inducción, ocurrido en la región de la Cuenca del Papaloapan.
Los hechos ocurrieron el 1 de marzo de 2012, cuando la víctima, una estudiante de 17 años de edad, cursaba el tercer semestre de Bachillerato en el municipio de Santiago Jocotepec, distrito de Choapam.
La investigación detalla que la joven fue sometida a violencia psicoemocional y física, lo que la llevó al suicidio, inducido por otra mujer. Tras tomar conocimiento del caso, la FGEO, a través de la Vicefiscalía Regional de la Cuenca, realizó investigaciones con perspectiva de género para deslindar responsabilidades.
Esto permitió obtener la orden de aprehensión contra I.J.M., familiar de la víctima. La detenida fue puesta a disposición de la autoridad correspondiente para determinar su situación jurídica.
Un caso similar se conoció en Jalisco en los últimos días
Recientemente se conoció un caso similar en Jalisco, cuando un hombre identificado como Alfredo “N” fue declarado culpable por el suicidio de su hija, en un hecho calificado por la Fiscalía de ese estado como suicidio feminicida.
La sentencia condenatoria, emitida el 17 de junio de 2025 en los Juzgados del Centro de Justicia Penal, se logró tras acreditarse que Alfredo “N” sometió a su hija a un régimen de violencia psicológica, aislamiento y control extremo, factores determinantes en su muerte el 2 de agosto de 2022 en su domicilio en la Colonia Arenales Tapatíos, Zapopan.
La investigación reveló un patrón de abuso que se remonta a 2001, cuando Alfredo inició una relación con una menor de 13 años, quien años después dio a luz a la víctima. La madre se separó de él por maltratos durante el embarazo, pero Alfredo logró la patria potestad bajo el argumento de supuestas adicciones de la mujer.
La niña, inicialmente alegre y sociable en una casa hogar hasta los cuatro años, fue sometida a un control asfixiante tras quedar bajo su custodia. Inscrita en un instituto religioso donde era vigilada incluso en su intimidad, y más tarde obligada a estudiar preparatoria virtual para evitar “vicios”, la joven vivió en un cautiverio que le negó acceso a tecnología, música o televisión.
Testigos reportaron signos de maltrato físico y emocional, como moretones y un cambio drástico en su personalidad, pasando de ser extrovertida a reservada. Este entorno, según la Fiscalía, la llevó al suicidio.
Cortesía de El Heraldo de México.