CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En medio de la escalada de tensiones políticas por la decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer un impuesto del 5% a las remesas, medida que se contempla en el proyecto de presupuesto de la administración de Donald Trump, el gobierno de México mandó una carta para que los legisladores estadunidenses reconsideren la medida.
El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente reveló que está siendo analizada por el Comité de Medios y Procedimientos, encargado de los asuntos fiscales.
“Se elaboró carta dirigida a representantes que forman parte de comité, en la que se esgrimieron argumentos, ya que se trata de personas que ya pagaron impuestos, contribuyen a economía norteamericana. Por que el monto de remesas es del 18% de ingresos que generan”, aseveró el funcionario.
“Es una carta en la que se hace una argumentación detallada de por qué nos parece que esta iniciativa no tiene razón de ser y no estamos de acuerdo. Ya lo saben los miembros de este comité”, señaló.
El pasado 12 de mayo, el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de Estados Unidos presentó diversas disposiciones hacendarias dentro del paquete legislativo denominado “One, Big, Beautiful Bill”, una de las apuestas económicas centrales del presidente Donald Trump.
Entre sus propuestas, se incluye un gravamen del 5% a todas las transferencias realizadas hacia el exterior que puedan ser consideradas remesas.
En caso de ser aprobada, la retención de ese impuesto recaería en los propios proveedores del servicio, quienes deberán remitir esos recursos directamente al Departamento del Tesoro.
Rechazo
Por su parte, el Senado mexicano llamó a la mesura ante dicha propuesta, y afirmó que, basado en proyecciones técnicas, “la imposición de un impuesto o arancel a las remesas solo desincentivaría el uso de las vías regulares y formales, orillando a muchos migrantes a buscar alternativas fuera del sistema financiero para enviar dinero a sus familias”, aunque esta última parte ya no fue citada por la presidenta.
Además de llamarla una medida arbitraria e injusta, los legisladores llamaron al Congreso estadunidense “a reconsiderar reflexivamente esta propuesta, que dañaría la economía de ambas naciones. Y que, además, es contraria al espíritu de libertad económica que dice defender el Gobierno de Estados Unidos, y que permea en los acuerdos sobre libre comercio de América del Norte”.
Además de que se debe buscar que la relación entre ambos países debe ser desde el diálogo y el entendimiento mutuo, “tendiendo puentes, y no levantando muros ni barreras económicas”.
Cortesía de Proceso.