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Las redes sociales se han convertido en un refugio para los adolescentes con ansiedad y depresión, así lo revela un estudio publicado en la revista científica Nature, que explora cómo los adolescentes con problemas de salud mental usan estas plataformas digitales.
El estudio se basa en el análisis de una encuesta aplicada a 3,340 adolescentes en Reino Unido; los resultados demostraron que los jóvenes que atraviesan por estos padecimientos pasan en promedio 50 minutos más al día en las redes sociales, sin embargo, mostraron menos satisfacción con su experiencia en línea.
Según la publicación, los investigadores analizaron los datos de la encuesta que el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) realizó en 2017 a jóvenes de 11 a 19 años, a quienes se les hizo una evaluación exhaustiva.
El 16% de los encuestados padecía, por lo menos, un trastorno mental: el 8% de ellos padecía trastornos que se caracterizan por emociones negativas hacia uno mismo, como depresión y ansiedad, mientras que el 3% enfrentaba padecimientos por los que típicamente se expresan emociones negativas hacia los demás, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Asimismo, se les preguntó sobre el uso que hacían de las redes sociales y su opinión sobre ellas.
Entre los principales hallazgos de la investigación destaca que los encuestados con ansiedad y depresión son más vulnerables a las experiencias negativas en línea que los participantes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Asimismo, los investigadores concluyeron que, si bien en general los adolescentes con problemas de salud mental dedicaban más tiempo a las redes sociales, quienes presentaban problemas de depresión y ansiedad eran más propensos a compararse con otras personas en línea que quienes padecían trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o no padecían ningún problema de salud mental.
Además, quienes presentaban problemas de depresión y ansiedad se mostraban más afectados por comentarios o reacciones a sus publicaciones y tenían menos control sobre el tiempo que dedicaban a las plataformas de redes sociales.
El caso de Mariana y su cambio de escuela
Mariana es una niña de 13 años a la que le cambió la vida verse expuesta en redes sociales por sus compañeros y compañeras de clase. Al principio compartía algunas cosas en una cuenta de Instagram que sus padres administraban, sin embargo, descubrió algo que la afectó no solo en su ánimo sino también en la relación que llevaba con las y los estudiantes a su alrededor.
Un grupo en el que se subían imágenes de niñas y niños en los que se hablaba no solo de las características físicas de compañeras y compañeros de clase, sino también se les describía de manera peyorativa y discriminatoria.
Aunque los padres de Mariana hablaron con las autoridades de la escuela, la realidad es que el ánimo de la niña no fue el mismo, según narran para El Heraldo de México. “Mariana es una niña muy sociable; le gusta mucho platicar y compartir, muy parlanchina, pero desde el momento en que se dio cuenta que existía ese grupo —que nosotros reportamos directamente con las autoridades del plantel— no volvió a ser la misma”, describe su madre, quienes prefieren mantener el anonimato.
Una noche antes del regreso a clases tras las vacaciones de Semana Santa, Mariana rogó en llanto a sus padres no regresarla jamás a esa escuela. “Lloró y lloró, me partió el corazón verla así. Nos decía que primero estaba su salud mental, su estabilidad emocional, antes que perder el año escolar. Nos pidió que la cambiáramos de plantel, lo valoramos entre mi esposo y yo y decidimos hacer lo mejor para la niña: cambiarla de escuela”, nos relata la madre de Mariana.
Poco después, la menor reveló que les agradecía a sus padres por supervisar lo que veía en redes sociales o por manejar sus cuentas al ser menor de edad, pues lo que compartían sus compañeras y compañeros en estas plataformas provocaba que ella se comparara o que sintiera tristeza por no ir a los mismos lugares que sus compañeras o no vestirse de la misma manera que las artistas de moda.
La versión más reciente de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), la Ensanut Continua 2022, reveló que el número de personas de 10 a 19 años con depresión aumentó.
No dormir bien, uno de los síntomas depresivos considerados por esta encuesta, tuvo un resultado alto pues pasó de 12.3 por ciento de las personas encuestadas en 2021, en ese rango de edad, a 15.6 por ciento en el 2022.
Depresión y ansiedad: consecuencias en adolescentes mexicanos
Aunque la depresión y ansiedad de los adolescentes alrededor del mundo se oculten detrás de las redes sociales en donde, como lo dice el estudio publicado en la revista Nature, encuentran un refugio, la realidad es que las consecuencias que traen ambos trastornos en los adolescentes mexicanos va más allá.
Del total de habitantes de 10 a 19 años que alguna vez pensaron en quitarse la vida aumentaron en los últimos años al pasar de 5.1 por ciento en 2020 a 7.6 por ciento en 2022, siendo las niñas y las mujeres adolescentes las más afectadas.
Según datos del registro de defunciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre 2018 y 2022 se registraron 3,478 muertes por suicidio en niñas, niños y adolescentes, aunque en 2020 fue cuando más ocurrieron, justo en el pico de la pandemia por Covid19.
Precisamente, fue la época en la que más se utilizaban las redes sociales, que aunque con la supervisión de los padres, madres y tutores, miles de adolescentes encontraban refugio para su depresión y ansiedad en esas plataformas.
¿Hacia dónde vamos?, ¿Cómo podemos ayudar?
El caso de Mariana es uno de los miles que los especialistas han estudiado y que, de acuerdo al estudio realizado en Reino Unido, podrían encauzar una manera más práctica de ayudar a los adolescentes a afrontar la depresión y la ansiedad. Una de ellas, la intervención para regular el uso de redes sociales y así reducir las comparaciones sociales.
Aunque los propios autores del estudio indiquen que todavía no pueden explicar si las redes sociales provocan problemas de salud mental en los adolescentes, coinciden en que los resultados de estos estudios podrían tener implicaciones clínicas, sobre todo en trastornos como la ansiedad social uno de los más complicados a esa edad.
Cortesía de El Heraldo de México.
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