¿Alguna vez has procastinado? En algún momento de tu vida es probable que hayas aplazado alguna actividad, por ejemplo, hacer limpieza en casa, dejar para otro día la tarea de la escuela o incluso un proyecto del trabajo, si bien, es una práctica común que puede aprovecharse para descansar, también puede implicar problemas especialmente si se lleva al mundo laboral.
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), procrasticar significa “diferir o aplazar” algo, para entender un poco más esto, hay sinónimos que la describen mejor, tales como: “posponer, retrasar, postergar, demorar, retardar, dilatar o aparcar”; un fenómeno que es mayormente recurrente entre la población adulta a través de la procrastinación nocturna.
Sobre este tema, en un comunicado fechado al 10 de septiembre de 2024, la bolsa de trabajo OCC reveló que la “procrastinación nocturna o bedtime procrastination, es un hábito común en algunos profesionales, que consiste en posponer sus tareas laborales hasta altas horas de la noche”, lo anterior los obliga a sacrificar horas de sueño y en consecuencia su bienestar general.
¿Cómo afecta la procrastinación nocturna en México?
El sondeo “Termómetro Laboral” de la semana 219, realizada por OCC, expuso que el 49% de 2 mil 175 trabajadores en México encuestados señaló que ha experimentado procrastinación nocturna en algún momento de su carrera, ya que consideran que trabajar hasta tarde aumenta su eficiencia, sin embargo, ¿esta percepción es correcta?
El estudio encontró que para el 62% de los mexicanos que dejan trabajo para más tarde, tienden a sufrir una mayor sensación de cansancio, eso sin mencionar que su concentración disminuye, y por ende, su rendimiento diario se ve afectado, así como su vida social y personal, pero los problemas no terminan ahí, y es que un 17% experimenta problemas de salud como estrés, ansiedad, dolores de cabeza, fatiga y depresión.
Asimismo, un 16% manifestó que una de las consecuencias principales de la procrastinación nocturna es que afecta la satisfacción laboral, pues lejos de reflejar productividad, manifiesta sobrecarga de trabajo, en tanto un 5% dijo que incluso su personalidad y emociones se ven afectadas al punto de impactar negativamente sus relaciones interpersonales.
Hay que tener en cuenta que dejar trabajo para más tarde, incluso fuera del horario laboral, altera el tiempo de descanso, lo cual se termina convirtiendo en “agotamiento progresivo” que no solo daña la salud mental, sino también la emocional y hasta física. Si bien, casi la mitad de los colaboradores en México señalaron que no procrastinan diario, un 21% confesó que lo hace todos los días.
En el caso de estos últimos, argumentaron que debido a la acumulación de trabajo no terminan durante el día todas sus actividades y deciden posponerlas para más tarde, en tanto otros señalaron que es por la falta de una adecuada gestión del tiempo o distracciones tecnológicas para evadir el estrés.
Adicionalmente, un 20% de los encuestados compartió a OCC que nunca ha experimentado la procrastinación nocturna debido a que han conseguido un equilibrio entre la vida y el trabajo, mientras que 10% no considera que posponer actividades para más tarde sea un “problema”, ya que se enfoca más en otros aspectos de su empleo.
Cortesía de IDC
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