CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Miles de jóvenes de todo el mundo llegaron a Roma esperando regocijarse este fin de semana con la canonización del primer santo millennial durante el Año Santo del Vaticano. En cambio, terminaron despidiéndose del papa Francisco, con su exuberancia, dando un tono alentador al funeral del sábado, que de otro modo habría sido sombrío.
“Él siempre decía que había que estar alegre por la vida, hay que vivir la vida de una manera similar”, expresó Marco Falchi, quien viajó desde su hogar cerca de Perugia con su esposa y su hijo de 11 años. Él y su esposa le atribuyen a Francisco el haber revivido su espiritualidad, y nombraron a su hijo, Francesco, en su honor.
La familia también está dedicada a la causa de la santidad de Carlo Acutis, un joven italiano que murió en 2006 de leucemia e inspiró fe en muchos jóvenes católicos. Planearon su viaje a Roma en torno a eso.
La canonización de Acutis estaba programada para el domingo durante el Jubileo de Adolescentes, el primero dedicado a los jóvenes. Se suspendió tras la muerte de Francisco el lunes.
Falchi se sorprendió por la falta de duelo profundo en el funeral del papa, y está convencido de que Francisco hubiera estado complacido. “Especialmente porque este era el jubileo para adolescentes, ciertamente no quería un día de luto, sino un día de alegría”, expresó.
“Siento que crecí con Francisco”
Había un cielo azul claro sobre la Plaza de San Pedro. Algunas personas acamparon la noche anterior para conseguir un buen lugar. Muchos se mantuvieron respetuosamente, con las manos juntas, mientras seguían la misa en grandes pantallas. Transmisiones de radio en múltiples idiomas se sumaban al murmullo humano. Aplaudieron cuando el sencillo ataúd de madera de Francisco fue trasladado al exterior.
Decenas de miles de fieles católicos habían planeado sus viajes antes de la muerte del papa.
“Compré mi boleto por Carlo”, dijo Reyes Arribas, una joven de 23 años de Valencia, España. “Y de repente murió el papa Francisco, así que vine al funeral”.
Confesó que, aunque admiraba a Francisco, sentía una afinidad más cercana con sus predecesores, san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Sin embargo, sus sentimientos por Acutis son muy fuertes. Lo elogió emocionada como “el primer santo de los jóvenes” porque estaba inmerso en el mundo tecnológico de hoy.
Incluso aquellos que estaban decepcionados por la canonización suspendida se sintieron gratificados de poder celebrar a Francisco, amado por muchos por su humildad y preocupación por los pobres.
“Siento que crecí con el papa Francisco”, dijo Jessica Naranjo, una joven de 27 años de Austin, Texas. “Me sentí muy conectada con él en la forma en que abogaba por la justicia social y el medio ambiente. Esta fue una gran pérdida para mí”.
“Estoy decepcionada de estar aquí celebrando la vida del papa en lugar de celebrar con el papa”, expresó.
Ana Kalen, una estudiante de medicina de 22 años, viajó a Roma para la canonización de Acutis con un grupo de Sarajevo, Bosnia-Herzegovina.
“Los planes han cambiado, pero aún estamos muy contentos de estar aquí para este momento histórico”, comentó Kalen, con una bandera bosnia sobre sus hombros. “Estamos tristes por cada muerte. Pero creemos que el papa Francisco está en un lugar mejor”.
Francisco resuena con los jóvenes católicos
Después de la muerte de san Juan Pablo II en 2005, el ambiente era diferente. Los fieles hicieron peregrinaciones desde su natal Polonia y otros lugares para llorar a una figura imponente del siglo XX en un espíritu de profunda tristeza y pérdida.
Francisco tenía un estilo diferente. Durante sus 12 años de papado, instó a las personas a mantener sentido del humor, y ese espíritu pareció guiar a muchos participantes el sábado.
Grupos de jóvenes llenaron la Plaza de San Pedro antes de la misa fúnebre. Uno de una parroquia en Cassano Magnago, en la provincia italiana del norte de Varese, bailó en círculo y cantó canciones religiosas.
La muerte del papa durante la temporada de Pascua les llenó de un sentido de paz, dijo un adolescente.
“Es una buena señal”, comentó Matteo Cozzi, de 16 años. “La muerte de un papa en Pascua es una señal de esperanza”.
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